La protesta es para rechazar el proyecto que el gobierno presentará mañana en el Parlamento y que para los sindicatos precariza las condiciones laborales.Decenas de miles de personas se manifestaron en toda Francia en una jornada de huelga y movilización convocada por sindicatos contra el proyecto de reforma laboral del gobierno socialista de Francois Hollande, que será presentada mañana en el gabinete.En coincidencia con las marchas y protestas, organizadas por cuatro de los ocho sindicatos de Francia, el diario Le Monde reveló hoy en su edición vespertina que el gobierno de Hollande, que ya aplicó ajustes por unos 40.000 millones de euros, “se apresta a lanzar una nueva cura de austeridad”.Le Monde, que citó a funcionarios no identificados, dijo que esta semana el Ejecutivo envirará a todos los ministerios una carta para exigir recortes presupuestarios -adicionales a los pautados para 2013- por 4.000 millones de euros.
“Esperábamos otra cosa de este gobierno. Su reforma laboral apunta principalmente a contentar al empresariado y marca un retroceso notable para los trabajadores franceses”, dijo a Télam el diputado y secretario nacional del Partido Comunista Francés (PCF), Pierre Laurent.
La huelga convocada por la CGT y Federación Obrera (FO), dos centrales de izquierda históricamente enfrentadas, contó con el apoyo de otras dos centrales obreras: Federación Sindical Unitaria (FSU) y Solidaires.
“Más de 200.000 personas se manifestaron en todo el país”, afirmó un comunicado conjunto de los gremios, que cifraron en 30.000 personas la participación en la marcha parisina, contra los 9.000 que dijo haber calculado la policía.
La segunda medida de fuerza contra el gobierno de Hollande en 10 meses de mandato tuvo un impacto limitado, aunque alteró el normal funcionamiento en guarderías y escuelas públicas, del transporte público ferroviario y aéreo.
También afectó la distribución del servicio de correos y el servicio de taxis, según informó la radio France Inter, cuya programación –como la de otra decena de radios públicas- fue totalmente modificada.
Los sindicatos opositores denuncian “el acuerdo de la vergüenza”, firmado entre otros tres sindicatos y el organismo representante de la patronal (MEDEF) el 11 de enero pasado, que fijó el marco de futuras nuevas relaciones entre empleados y empleadores.
Poco después del mediodía, 174 manifestaciones tuvieron lugar en todo el país con eje en la de París, que recorrió el trayecto que va de la plaza de Chatelet a la Asamblea Nacional (Diputados), “Mi Código de trabajo (Ley de Relaciones Laborales) lo defiendo” o “No a la regresión social”, fueron algunas de las pancartas de la colorida y ruidosa movilización, que cambió la fisonomía de varios de las principales puntos turísticos de la capital gala.
Asimismo, al mediodía, decenas de miles de personas manifestaron en las ciudades de Toulouse, Marsella, Lyon, Lille, Rennes, Burdeos, Clermont-Ferrand, Nantes, Rouen, Tours y Perpiñán.
“Cada punto del acuerdo consiste en fragilizar a los empleados y en poner en duda el Código de trabajo. Esta reforma no permitirá crear nuevos empleos. La oposición a este proyecto necesitara ahora de apoyo dentro del Parlamento”, apuntó Laurent ante Télam en la manifestación parisina.
El proyecto de ley sobre el empleo, que el gobierno presenta como “surgido de una concertación” a pesar de que la mitad de los sindicatos no firmó el acuerdo, comenzará a debatirse en la Asamblea Nacional (Diputados) en abril próximo.
“A principios de mayo este proyecto estará aprobado y entrará en vigor pocos días después. Hay que salvar la mayor cantidad de puestos de trabajo lo más rápido posible. Hay una urgencia, y ante esa urgencia reaccionamos”, sostuvo hoy en la radio Europe 1 el ministro de Trabajo francés, Michel Sapin.
La reforma en el inclusivo Código del trabajo francés prevé acordar nuevos derechos a los empleados, como la extensión de la cobertura sanitaria excepcional o prolongar el derecho al seguro de desempleo.
A cambio, el gobierno otorga una mayor flexibilidad a las empresas para bajar los salarios o aumentar la carga horaria laboral (bajo el compromiso de no licenciar a trabajadores) en caso de dificultades económicas y una baja de impuestos para las empresas que contraten a nuevos empleados.
Con una economía estancada y al borde de la recesión, Hollande -cuya popularidad continua cayendo en picada, según recientes encuestas- busca inspirar confianza en los franceses, dominados por el pesimismo y la desconfianza por los negativos y prolongados efectos de la crisis económica de la zona euro en el país galo.
Por el momento, el mandatario no logra su objetivo, y su imagen se desgasta por el descontento con los tres primeros ajustes por más de 40.000 millones de euros que aplicó para que su presupuesto 2013 cumpla con los compromiso de desendeudamiento asumidos ante la Unión Europea (UE).
En tanto, numerosos economistas critican la política económica socialista e, inclusive, auguran nuevos recortes presupuestarios como los que anticipó hoy Le Monde.
La medida promete caldear aún más los ánimos de los franceses, la mayoría ya desencantados con el presidente Hollande.
Según la consultora BVA, el 66% de los franceses (44% de entre ellos votó por Hollande) se dijo “desilusionado” por el presidente, mientras que para la encuestadora OpinionWa, casi tres de cada cuatro franceses (72%) se declaran “descontentos” con la política económica y social del gobierno socialista.
Miércoles, 6 de marzo de 2013