El conflicto se dá a la hora en que vuelven del balneario. Golpean los coches, dañan los asientos e insultan a los conductores, molestan a los demás.



El servicio de colectivos gratuitos de playas que empezó el sábado pasado por disposición del intendente Camau Espínola, ya demostró su saldo negativo: los colectiveros de la agencia afirman que se generan problemas, especialmente durante los viajes de vuelta, ya que muchos de los jóvenes que abordan lo hacen en estado de ebriedad.
Este es el segundo año en que el servicio de transporte urbano funciona de manera gratuita y se extenderá a lo largo de la temporada los fines de semana y feriados. Recorre la costanera, desde el puerto hasta la playa Arazaty, y durante el ciclo pasado funcionó con éxito entre los visitantes y vecinos.
El trayecto completo, que incluye parada en el puerto y en las distintas playas de la costanera correntina, funciona durante los fines de semana y también durante los feriados.
En díalogo con EL LIBERTADOR, Claudio Sánchez, chofer de uno de los coches que brinda el recorrido, comentó que la gente todavía no respeta los lugares designados como paradas ni tampoco las puertas por donde se debe subir o bajar.
Destacó además, que los conflictos se dan, la mayoría de las veces, con grupos de adolescentes y jóvenes, que rondan entre los 17 y los 22 años.
Afirmó, además, que la situación empeora en los últimos recorridos, ya que es la hora en que el colectivo queda abarrotado de gente, de manera que es imposible controlar lo que pasa.
"A duras penas podemos hacer que cumplan con las normas que establecen que los pasajeros deben estar vestidos y calzados. Tenemos que indicarles que no se puede subir sin remera o camisa", contó Sánchez.
Sin embargo, el punto principal de la problemática es que los chicos vuelven alcoholizados de la playa y se niegan a dejar las bebidas afuera. "Hay que obligarles a que las tiren o las dejen porque si no, no pueden subir y terminan enojándose por eso", dijo el chofer.
También destacó que los chicos "se hacen los pesados" y no respetan las indicaciones que les dan. "Si algo de lo que hacemos o decimos les disgusta nos insultan y a veces hasta nos amenazan. También golpean el coche o intentan dañar los asientos".
Asimismo, no hay agentes policiales o de seguridad que acompañen el recorrido, por lo que a los choferes les resulta complicado hacer que los problemáticos bajen del coche cuando infringen alguna norma, ya que no tienen forma de "enfrentarse" a grupos tan numerosos de adolescentes que se encuentran en estado de ebriedad.
Sánchez afirmó que un par de veces llegaron a llamar a la policía para que ayuden a controlar la situación. Durante el ciclo pasado, fueron varias las veces en que tuvieron que alertar a los efectivos.
Por otro lado, desde la empresa Ersa, no se dan indicaciones a los choferes sobre cómo proceder frente a estas situaciones, por lo que cada uno de ellos tiene que actuar a su propia manera y en la forma en que mejor les parece. Respecto a eso, Sánchez dijo que tienen que "pelear un poco para que los chicos entiendan".
Sin embargo, resaltó que "esto recién está empezando" y todavía hay que esperar a ver si la problemática se acentúa durante lo que queda de la temporada.

PARA destacar

Los chicos vuelven alcoholizados de las playas y al subirse a los colectivos se niegan a dejar la bebida. Además insultan a los choferes y también dañan los coches. La situación empeora en los últimos recorridos.

No hay agentes policiales o de seguridad que acompañen el recorrido, por lo que resulta complicado hacer que los problemáticos bajen del coche cuando infringen alguna norma.

Martes, 18 de diciembre de 2012