El Espanyol conducido por el mexicano Javier Aguirre arrebató hoy un empate por 2-2 ante el Real Madrid y complicó aún más los objetivos del equipo blanco en la Liga española de fútbol.



El equipo catalán evitó la derrota in extremis gracias a un gol del uruguayo Juan Albín a falta de dos minutos para el final y sumó su tercer empate consecutivo desde la llegada del “Vasco” al banquillo.

El conjunto blanquiazul, que había abierto la cuenta con un tanto de Sergio García (30 minutos), todavía sigue en zona de descenso aunque ya se ubica a un punto de la salvación.

Para el Real Madrid la situación no puede ser peor: tras la derrota ante el Celta en la Copa del Rey, sumó un nuevo contrapié en liga y cada vez ve más alejada la posibilidad de luchar por el título de la Liga, aún cuando falta más de media temporada.

Si el Barcelona derrota más tarde al Atlético de Madrid, le sacará una diferencia de 13 puntos al equipo conducido por José Mourinho cuando se llevan jugadas 16 jornadas.

La decisión de Mourinho de ubicar a Luka Modric en el mediocampo, junto a Sami Khedira, Xabi Alonso y Mesut Özil hizo que el Real Madrid se cerrara en un embudo durante toda la primera parte y olvidara las ofensivas por las bandas.

Para el Espanyol, el planteo defensivo se simplificó: Aguirre unió bien juntas a las líneas de defensores y mediocampistas y el equipo local se resignó a algunos disparos lejanos y demasiadas imprecisiones en los últimos metros.

Mientras tanto, Cristiano Ronaldo se mostraba perdido entre los centrales rivales.

Después de un tiro del propio Modric al palo, el Espanyol se puso en ventaja a los 30 minutos, cuando Sergio García se metió en velocidad entre los dos centrales blancos y definió con un disparo cruzado bajo sin que Iker Casillas pudiera reaccionar.

El Real Madrid encontró el bálsamo justo en el momento que más lo necesitaba y en una instancia clave del encuentro. Se jugaba el minuto de descuento de la primera mitad, cuando Khedira lanzó un centro desde la derecha y Cristiano definió con la punta del pie justo antes de que Javier López pudiera despejar de cabeza.

Al igual que en el encuentro ante Valladolid, el Real Madrid se marchaba al descanso con un empate en la última jugada de la primera mitad.

El golpe psicológico para los visitantes fue tal, que los de Mourinho encontraron su segundo gol recién a los dos minutos de la segunda parte.

Cristiano asistió de manera majestuosa a Fabio Coentrao, quien ganó la posición con firmeza ante López y definió de diestra justo cuando Kiko Casilla salía a achicar el espacio.

Ya con el resultado a favor, comenzó a justificarse la rectificación de Mourinho desde el banquillo, al producir el ingreso de Di María en lugar de Modric.

El argentino fue literalmente una pesadilla para los blanquiazules: en apenas 20 minutos ejecutó un disparo al palo, concedió un pase mágico a Cristiano para que el luso fallara una volea en una ocasión inmejorable, y luego habilitó a Callejón, quien lanzó un tiro demasiado flojo a las manos del guardameta rival.

La imposibilidad para sentenciar el resultado y la desidia de los blancos a la hora de atacar la portería rival fue una combinación fatal para los objetivos del Real Madrid.

Así, el Espanyol, que se había mantenido demasiado retrasado aún después del segundo gol en contra, decidió salir a buscar el empate en los diez minutos finales y encontró el premio.

A los 84 minutos, Joan Capdevila lanzó una volea desde el área pequeña a las nubes y cuatro minutos más tarde llegó la sorpresa en el Santiago Bernabéu.

Tras una serie de rebotes en el corazón del área, Albil encontró el espacio sobre el vértice del área pequeña y definió con lo justo ante la salida de Casillas.

El Real Madrid se quedó sin reacción y la respuesta del público se hizo escuchar luego del pitido final: una lluvia de silbidos despidió al último campeón de la liga española de fútbol.

Domingo, 16 de diciembre de 2012