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EN EL DECIMO ANIVERSARIO DE SU ORDENACION EPISCOPAL
Faifer pidió perdón por errores y debilidades de su labor al frente de la diócesis goyana
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Jueves, 13 de diciembre de 2012

Lo expresó durante la misa que celebró en la Catedral. Habló de su pequeñez ante la misión que Dios le otorgó, y dio gracias. Expresó su reconocimiento a tanta gente que lo acompañó en estos años. Recibió la visita sorpresiva de monseñor Stockler.




Monseñor Ricardo Faifer cumplió ayer 10 años como obispo. Quiso celebrarlo con la eucaristía, junto a cientos de goyanos que lo acompañaron en la Iglesia Catedral. Durante la jornada, decenas de personas le acercaron sus saludos y agradecimientos por la labor que realiza en la diócesis desde hace una década; y sus mejores deseos para el futuro. Entre otras tantas, recibió la visita del ex obispo goyano, monseñor Luis Teodorico Stockler. Durante la misa, recordó las palabras que expresó cuando fue ordenado, “soy un hermano débil como ustedes, cristiano como ustedes, Obispo para ustedes”, y volvió a encomendarse a la Virgen de Itatí. Pidió “ perdón a Dios por mis infidelidades que Él conoce; y también a ustedes”, dijo.
Desde muy temprano, monseñor Faifer recibió ayer el saludo de cientos de goyanos. Cerca del mediodía, recibió la sorpresiva visita del ex obispo de Goya, monseñor Stockler, emérito de Quilmes. Acompañado de otros sacerdotes, religiosas y laicos, compartió el almuerzo en el Instituto “Santa Teresa de Jesús”.
Por la tarde, junto a los sacerdotes de diócesis, monseñor Faifer concelebró la santa misa, a las 20, en la Catedral, acompañado de numerosos fieles.

Recuerdo
El Obispo goyano, comenzó su homilía recordando el mensaje que pronunciara, hace 10 años, en su ordenación episcopal, ceremonia en la que además, asumía el gobierno pastoral de la diócesis, reemplazando a monseñor Stockler.
En aquel momento, Faifer señaló que, a modo de plegaria y con suma humildad, expresó “quiero estar a la altura de esta misión y de aquellos Obispos que, especialmente en nuestra Patria, honraron al Episcopado con la santidad de sus vidas”. Aseguró además, que, a partir de ese día, “mi vida ha quedado ligada para siempre a ustedes. Por eso, estarán gravados como un sello sobre mi corazón (Cantar 8,6) Y como signo de mi amor fiel llevaré el anillo episcopal en mi mano para que me lo recuerde día a día”.
El Obispo, hizo mención a un pedido que había hecho ese día: “Le pido, entonces, al Señor que nuestra Iglesia, fiel a la Palabra, hable más con los hechos que con las palabras y que los valores se encarnen en compromisos cotidianos”. Evocó luego, que puso su “servicio Episcopal bajo el cuidado de Nuestra Señora de Itatí, Patrona de la Diócesis: Nuevamente le digo: ‘quiero ser un buen correntino, por eso quiero ser tu hijo”. Y retomando sus propias palabras, dijo: “Hoy me incorporo a caminar con ustedes en esta Iglesia Diocesana. Los convoco a vivir con pasión el presente y a abrirnos con esperanza al futuro, confiando-sirviendo-compartiendo, bajo la mirada tierna y el cuidado de Nuestra Señora de Itatí.

El presente
“Han pasado ya diez años desde aquel comienzo. Y hoy percibo con mayor claridad mi pequeñez y desproporción frente a la misión que el Señor quiso encomendarme por decisión del Santo Padre, el Beato Juan Pablo II. Una cosa es la declaración de deseos y proyectos, y otra, la realidad.Pero, soy consciente que, en mi pequeñez personal y a través de mí, el Señor ha querido obrar. Por eso, haciendo memoria de estos años con una mirada de fe, prevalecen, en primer lugar, los sentimientos de admiración, gratitud y confianza hacia nuestro Padre Dios por todo lo que nos regaló vivir juntos. En segundo lugar, debo reconocer y agradecer a tantos hermanos y hermanas en la fe, colaboradores y comunidades, que han trabajado con generosidad y sacrificada entrega en la tarea evangelizadora, trabajo pastoral arduo y escondido”, expresó monseñor Faifer.
Con humildad, pidió “perdón a Dios por mis infidelidades que Él conoce; y también a ustedes, cuando he sido causa de sufrimiento para alguno”; y agregó “ciertamente que este Aniversario se transforma para mí en un fuerte llamado a la conversión para una mayor identificación con Cristo, Buen Pastor”. Y cerró su mensaje agradeciendo a la comunidad, “por la sinceridad de su afecto, que brota de la fe”.


Jueves, 13 de diciembre de 2012

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