Ambos mantenían malas relaciones desde el año pasado, cuando se enfrentaron en forma violenta.


La víctima fue acuchillada cuando volvía de comprar gaseosa y mientras todavía transitaba sobre su moto. El padre del agresor quedó preso por encubridor.

Un joven de 22 años murió luego de recibir un cuchillazo en el pecho de parte de su primo de 14 años en el barrio Arazaty de la capital correntina. Si bien ambos estaban enfrentados desde hacía tiempo, los testigos señalaron a la Policía que la víctima simuló atropellar con su moto al menor en varias oportunidades y, en la última, el adolescente lo esperó con un cuchillo tipo carnicero en la mano y se lo clavó en el medio del pecho. Hubo serios disturbios hasta pasada la medianoche, cuando los familiares del muerto intentaron matar al asesino y quemar su casa con todos dentro.
Todo comenzó cerca de las 21, cuando Roberto Fabián Romero (22), un changarín municipal que se dedicaba a la limpieza de calles con una cooperativa, y recientemente padre de una niña de solo dos semanas, se encontraba frente a su casa bebiendo junto a varios amigos. Justamente en frente, su primo, un menor de 14 años cuya identidad no se revela por razones judiciales, estaba con sus amigos bebiendo y escuchando música.
Según algunos testimonios recogidos por la Policía en el lugar de los hechos, Romero, subido a su motocicleta iba hasta el kiosco ubicado a poco más de una cuadra a buscar vino y gaseosa y simulaba chocar al menor de 14 años, provocando su malestar. Hacía media cuadra y fingía que se había olvidado algo y otra vez apuntaba su moto hacia el adolescente simulando el choque y haciendo que este y sus amigos se retiren del camino de la moto.
Los mismos testigos señalaron que tanto Romero como su primo hacía mucho tiempo estaban enfrentados por cuestiones familiares. Una alta fuente policial reveló que el año pasado ya hubo una intervención de las fuerzas de seguridad en el barrio, por una pelea de magnitud entre estos.
En la última pasada de Romero, el menor ingresó a la casa y salió segundos más tarde. Romero volvía con una gaseosa en sus manos y otra vez apuntó hacia el chico de 14 años, pero esta vez el menor extrajo un cuchillo tipo carnicero, de unos 30 centímetros de largo y se lo clavó en el medio del pecho.
El puntazo fue tan certero como letal. Romero hizo algunos metros, tiró la moto, dio pasos y se desplomó al piso.
Los gritos y corridas alertaron a sus familiares quienes ante la gravedad del hecho, lo subieron a la parte posterior de la camioneta de un vecino y lo llevaron hasta el hospital Vidal.

Bronca y violencia
Tras unos 20 minutos del incidente y a poco de ingresar al hospital Vidal, Romero falleció a causa de las gravísimas heridas provocadas por la puñalada, que le atravesó el corazón y perforó uno de sus pulmones, además de cortar algunas arterias.
La noticia de la muerte solo empeoró la tensa situación en el barrio, ya que bastó aquella confirmación para que se desate la furia y comience una batalla campal en medio de la calle entre los propios familiares que a piedrazos y algunos tiros, según relataron testigos, intentaban vengar la muerte de Romero.
Tan violenta fue la refriega, que la Policía movilizó una docena de patrullas y hasta el grupo de infantería al lugar, quienes después de casi 3 horas logró, gracias a la intermediación del comisario Alvides, subjefe de la seccional Segunda con jurisdicción en la zona, logró que de ambos lados se deponga la actitud.

Fuga y detenidos
El revuelo en el barrio fue aprovechado por el menor asesino quien, a bordo de la moto de un tío, dejó el barrio fue hacia la otra punta de la ciudad, en el barrio Laguna Seca, donde se ocultó por casi 5 horas, hasta que personal de la Dirección de Investigación Criminal, que ya tenía el dato de su paradero, convenció al tío a que entregue al menor. La Policía finalmente detuvo al asesino, pero también a su padre Raúl Aguilar quien intentó encubrir al adolescente para confundir a la Policía y darle más tiempo al chico.
Junto a los Aguilar, la Policía demoró también a otros 5 sujetos que se encontraban tanto con el agresor, como la víctima y secuestró al menos 3 motocicletas que se encontraban en el lugar.
Mas tarde y con una orden judicial, la Policía allanó la casa de los Aguilar y secuestró el cuchillo con el que el menor mató a su primo. Fuentes policiales indicaron que el arma todavía tenía vestigios del brutal ataque.
Por la mañana, antes del velatorio, familiares de uno y otro echaban culpas. Si algo quedaba bien en claro, era que este trágico final, para alguno de los dos iba a llegar. Sólo era cuestión de tiempo.

Martes, 22 de mayo de 2012