La Justicia sobreseyó al último detenido por el crimen de la nena de 11 años ocurrido en Empedrado en octubre de 2007. Falta de pruebas, apremios ilegales a sospechosos y una investigación “tirada de los pelos” conspiraron para que el caso quedara en la nada.


No hay culpables por el asesinato de Romina Natalia Gutiérrez, la nena de 11 años raptada y estrangulada en octubre de 2007 en la localidad correntina de Empedrado. La Justicia sobreseyó al último detenido por el caso argumentando falta de pruebas e irregularidades en el proceso de investigación.
Samuel “Coquito” Romero, un joven de 24 años, fue eximido de los cargos que le imputaban y recuperó la libertad en forma inmediata, según la información obtenida por época.
De esta manera, la Cámara del Crimen II concluyó el segundo juicio oral y público por el homicidio de la menor, un hecho que sacudió a la opinión pública de la provincia. El año pasado, otros dos acusados, Orlando Alfredo Sosa y Luis Alfredo González, también resultaron absueltos.
De acuerdo a los datos revelados en las audiencias judiciales, la pesquisa policial estuvo viciada de procedimientos anormales. Presiones y hasta apremios ilegales a los sospechosos para que se auto incriminaran fueron algunos de los puntos que conspiraron para que el caso volviera a foja cero. Es como si todo hubiera sido “tirado de los pelos” sin respetar los pasos correspondientes.
El reciente fallo fue dado a conocer por el Tribunal compuesto por los jueces Juan José Cochia, Laura Valera y Norma Agrasso de Caballero.
El 11 de abril de 2011 Sosa, de 21 años, y González, de 24, quedaron desligados de la causa dada la inconsistencia de elementos para determinar que realmente sean los responsables del asesinato. Igual medida fue la adoptada ahora con “Coquito” Romero.
Durante ambos juicios los imputados expusieron haber sido víctimas de “presiones” e incluso castigos físicos por parte de los investigadores policiales, para que se atribuyeran la autoría del delito. Tales dichos se sumaron a exámenes médicos en los cuales hubo constatación de que, por ejemplo, González recibió golpes recientes a su detención.
Además, también en la etapa de instrucción hubo una “confesión”, pero fue realizada en una sede policial y no judicial, por lo cual careció de toda validez.
Tanto Sosa como González estuvieron varios años presos en la Unidad Penal 6, mientras “Coquito” recién quedó tras las rejas el 15 de agosto de 2011.
Tras ser demorado a los dos días del hallazgo del cadáver de Romina a Romero lo dejaron libre y fugó de la provincia. Y cuando volvieron a solicitar su captura a partir de “nuevos elementos e indicios” (en junio de 2008) ya no lo encontraron.
Sin embargo, el año pasado regresó a la zona rural de Empedrado con el aspecto físico cambiado y bajo el nombre de Luis Miguel Gómez.
Fueron efectivos de la Dirección de Investigación Criminal (DIC) quienes establecieron que Romero utilizaba una identidad falsa, valiéndose de un documento adulterado. ¿Por qué huyó? En su entorno dicen que por miedo a la Policía y no porque haya tenido vinculación al homicidio.
Romina fue hallada sin vida a las 18:30 del viernes 26 de octubre de 2007 y de acuerdo a los estudios forenses llevaba 36 horas fallecida. Según estos cálculos, la mataron alrededor de las 4 del jueves 25.
La menor había desaparecido entre las 22 y las 22:30 del miércoles 24, en el centro de Empedrado. Testigos relataron que la habían visto por última vez en la esquina de la plaza 25 de Mayo, a media cuadra de la comisaría, en donde ella se separó de su hermana de 14 años, con quien había salido a caminar.
Durante la pesquisa se dijo que la nena fue levantada de ese lugar por un motociclista (supuestamente un adolescente de 14 años alias “Chocolate”) quien la llevó hacia las afueras de la localidad, donde se supone que terminó en manos de varios sujetos.
La nena estuvo raptada durante cinco o seis horas en un sitio no determinado, donde la mantuvieron privada de la libertad con supuestos fines sexuales. Después, con aparentes intenciones de ocultar su cadáver, la arrojaron a un cargadero de animales ubicado a la vera de la Ruta Nacional 12, a un kilómetro al Sur del acceso a la localidad.
Cuando la Policía revisó el cadáver, notó que la niña tenía un hilo de nailon alrededor del cuello, con el cual la sujetaron contra un poste de madera.
Pasaron los años, ya no hay detenidos y ahora tampoco sospechosos a la vista. La verdad no salió a la luz. Romina no descansa en paz.


Viernes, 11 de mayo de 2012