Una patota identificada con la UTA, que lidera Rubén Suárez, atacó a golpes y manoseó a Mirna Reijers, cronista de La República y otros medios. Además, la misma patota bloqueó el acceso al Concejo en defensa de la suba del boleto.



Una patota sindical de la UTA atacó ayer a golpes y manotazos a la periodista Mirna Reijers, en una hecho gravísimo que constituye un claro delito penal contra la integridad de una mujer y porque, además, tal perversión ocurrió en la puerta del Concejo Deliberante de la capital de Corrientes.

La perversión se consumó en un organismo público y ante la mirada de los 17 concejales cuando estos se disponían aprobar la suba del 35 por ciento del boleto urbano de pasajeros en la ciudad.
La patota sindical fue enviada por empresarios del transporte y la conducción gremial de los choferes para que se intentara impedir el ingreso de los periodistas a la sesión, violando todas las garantías constitucionales y, en particular, atacando la integridad física de una mujer, consumando así los delitos severamente sancionados por la ley penal que corresponde.

Mirna Reijers es periodista del diario La República y del portal corrientesya.info y había ido a presenciar la sesión de los concejales, como todos los jueves al mediodía, para cumplir con la profesión cuya misión es informar a la sociedad. Desde temprano, la patota integrada por una veintena de señores se ubicó en la puerta principal del Concejo para que ni los manifestantes que se oponían a la suba del boleto ni los periodistas pudieran ver y escuchar la sesión.

Casi a las 12, Mirna Reijers pidió permiso a este grupo de personas que, de manera amenazante, le negaba el acceso al reducido sector que los periodistas tienen desde siempre dentro del recinto. Ante la negativa de la patota, la periodista optó por quedarse inmóvil tratando de ver y escuchar, con muchas dificultades, el transcurso de la sesión. Pero la patota no se conformó con impedirle el paso, sino que además la atacó para que no pudiera registrar nada de lo que sucedía en la sesión. Como Mirna no quiso perder ese incómodo espacio, uno de los patoteros se dio vuelta y la empujó mientras que otro que estaba detrás de ella le pegó un manotazo en la espalda y otro, con fuerza, entre las piernas.

Con claridad, el empujón y los dolientes manotazos fueron intencionalmente producidos por estos patoteros. Por si eso fuera poco, otros integrantes de la patota sumaron insultos agraviantes contra la periodista discriminándola por ser mujer. Todo esto, que ocurrió ante la presencia de otros periodistas, constituye la configuración de varios delitos que en la Argentina de hoy se juzgan con todas las letras. Más allá del atentado a la libertad de expresión de una periodista, lo que es igualmente gravísimo, la Justicia correntina debe investigar en profundidad y sancionar a los responsables de este ataque contra la integridad física de Mirna Reijers.

Es necesario que los fiscales y la policía indaguen a fondo sobre los responsables materiales, que están claramente identificados en fotografías de prensa, como a los autores intelectuales.
Con esto, la conducción de la UTA, liderada por Rubén Suárez, debe responder por instigación ante la clarísima sospecha de que los violentos estuvieron enviados por este dirigente.
Suárez conduce la UTA en una fina sintonía con los dueños de la Empresa Romero Sociedad Anónima (Ersa), que monopolizan el transporte público y presionan para lograr beneficios públicos e incrementos de la tarifa.

Generalmente, cada vez que los periodistas intentan cubrir hechos vinculados con este sector, son atacados por patoteros que se identifican con esa conducción gremial.

Viernes, 27 de abril de 2012