Se trata de un joven de 24 años que vio acercarse un patrullero, salió por la ventana de una casa y abandonó a un niño. Está acusado, al igual que su hermano, de matar a puñaladas a un adolescente en el mes de enero. El caso había provocado una revuelta vecinal.


Un presunto homicida fue detenido cuando pretendía escapar corriendo de la Policía, tras dejar abandonado a su hijo de 3 años en el momento que observó la llegada de un patrullero a la casa donde estaba escondido, en la zona Noreste de la ciudad de Corrientes.
Jorge Antonio Lugo, de 24 años, conocido con el alias de “Orejita”, está acusado de participar en forma directa del crimen a puñaladas de Raúl Alberto Galarza, de 17 años, ocurrido el último 14 de enero en el barrio San Antonio Este.
Un hermano de “Orejita”, José Luis Lugo, alias “Pichili”, de 30 años, permanece detenido desde el día del ataque mortal al adolescente, también señalado como partícipe necesario.
De acuerdo a fuentes policiales, el miércoles a las 23 “Orejita” fue localizado en el domicilio de un familiar, en el barrio Lomas del Mirador próximo a la ribera del río Paraná, donde un grupo de hombres de la Dirección de Investigación Criminal (DIC) vestidos de civil se apostó en los alrededores.
Con datos recabados de una paciente pesquisa, los policías sabían que el fugitivo estaba adentro de esa vivienda, la cual allanaron ayer. Entonces, tras rodear al sospechoso sin que éste lo supiera, enviaron un móvil de la comisaría Decimoséptima hasta el frente del inmueble. Apenas se dio cuenta de que era la Policía el joven no lo dudó y salió por una ventana trasera, para luego empezar a correr por la oscuridad.
El intento de evasión quedó en la nada puesto que una decena de efectivos, quienes planificaron a la perfección la manera de cómo lo atraparían, pudieron alcanzarlo a pocos metros.
Una vez rumbo a la dependencia policial, Lugo pidió que fueran a buscar a su hijo de 3 años que había dejado solo.
Los policías hallaron al nene en compañía de un vecino y lo llevaron con ellos. Más tarde ubicaron a su madre y lo entregaron a su guarda.
Con esta reciente detención desde la fuerza de seguridad precisaron ayer que el homicidio de Galarza, al menos a nivel policial, estaría totalmente esclarecido.
La muerte del adolescente había generado un clima de tensión en el San Antonio Este, en la zona conocida como “El Cocal”, donde el resto de la familia Lugo resultó expulsada del barrio y la vivienda que habitaban incendiada dos veces.
Galarza murió como consecuencia de un profundo corte en el cuello y varios puntazos que le causaron la muerte en el acto. “Le abrieron el abdomen y lo degollaron”, indicó una fuente policial.
De acuerdo al testimonio de testigos, supuestamente “desde hace algunas semanas había problemas” de convivencia con los hermanos Lugo y sus amigos. Ninguno era del San Antonio sino del barrio Río Paraná, del que se habían ido también por problemas con sus vecinos.
A la 1:30 del 14 de enero, “Orejita” y “Pichili” fueron hasta un kiosco de la esquina de calles Cruz de los Milagros al 4100 y Tafí del Valle. Los habría acompañado un joven de 16 años, apodado como “Piojito”. Allí habría mantenido un entredicho con Galarza, quien fue a comprar bebidas en compañía de un tío y al llegar los Lugo estaban parados junto a un tronco frente al comercio.
El adolescente ultimado recibió múltiples puñaladas hasta caer sobre la calle de tierra. A su alrededor se produjeron corridas y enfrentamientos. “Fue un desastre”, le dijo a época un vecino.
Luego de cometer el crimen, ambos hermanos escaparon hacia su casa, situada a dos cuadras. De allí “Orejita” se fue en un carro cuando un gran número de personas lo buscaba con intenciones de lincharlo.
Tanto “Pichili” como el adolescente de 16 años fueron demorados ese día por efectivos de la comisaría Decimotercera, con apoyo de la DIC y del Grupo Táctico de Operaciones.
El amplio despliegue se produjo para evitar mayores confrontaciones en medio de un clima de “guerra”.
La causa ahora transcurre en el ámbito de la Justicia.


Viernes, 27 de abril de 2012