Según dijeron varios vecinos en el lugar, el vehículo se desplazaba a muy alta velocidad y de contramano. Durante el accidente saltó el parterre central y subió por la vereda hasta destrozar un toldo metálico. El conductor le habría sacado sin permiso el auto al padre.
Al menos cuatro jovencitos protagonizaron ayer un espectacular accidente que, de milagro, no dejó heridos aunque si causaron cuantiosos daños materiales. Uno de los muchachos le había sacado sin permiso el auto al padre y simuló, ante la Policía, un presunto rapto de delincuentes para “tapar” la imprudencia. El padre llegó luego para hacerse cargo de todo.
El insólito accidente ocurrió alrededor de las 18, cuando las aceleradas y los chillidos de neumáticos de un automóvil Ford Escort de color blanco con vidrios polarizados que, a toda velocidad, había ingresado por calle Montecarlos de contramano, según indicaron los vecinos en el lugar de los hechos.
“El vehículo estaba fuera de control, y como su conductor no pudo controlarlo, pasó del otro lado del parterre, subió a la vereda y se llevó puesto el alero de chapa de una remisería para luego terminar de contramano sobre la avenida Juan Domingo Perón (ex Cazadores Correntinos)”, relató a época uno de los vecinos.
Como era de esperarse, tamaño accidente atrajo la atención de varios habitantes del barrio Güemes, quienes dijeron a la Policía que vieron salir corriendo del interior del vehículo a tres jóvenes con dirección hacia los pasillos del barrio ubicado en frente.
Luego, del interior del Escort destrozado bajó un cuarto joven, “tambaleando” dijeron algunos, quien fue socorrido en primera instancia justamente por los remiseros que por centímetros casi atropelló el vehículo.
Algunos testigos refirieron que el muchacho había dicho que los que huyeron eran delincuentes que lo habían interceptado en el camino, lo encañonaron y luego uno de ellos tomó el volante y a alta velocidad comenzó a correr por distintas calles de la ciudad. Esta versión sonaba bastante increíble hasta para los policías que llegaron luego al lugar.
Pero toda la historia se derrumbó con la llegada del padre del muchacho, quien confirmó que el vehículo era suyo y que su hijo se lo había sacado sin permiso, además que quienes escaparon de la escena eran sus “amigos” con quienes al parecer el muchacho estuvo bebiendo un rato antes de llevar a cabo aquella imprudente travesura que de milagros no se cobró la vida de un inocente.
Fuentes de la investigación, quienes no aportaron los datos de los involucrados, indicaron que luego de algunos minutos, el padre del muchacho llegó a un acuerdo con la agencia de remises, la más perjudicada, a quienes les pagará el arreglo del toldo metálico destrozado por el vehículo durante su alocada carrera.
Al lugar del hecho concurrieron efectivos policiales de la comisaría del barrio, además de agentes de tránsito para colaborar al ordenamiento del mismo.
Efectivos de la comisaría Décimo Octava, con jurisdicción en la zona, llevan a cabo las actuaciones sumariales de rigor. Por el hecho no hubo detenidos, pero el conductor recibió además una contravención según relataron fuentes oficiales.
Martes, 24 de abril de 2012