Siempre con mil cosas en la cabeza y es normal que nos olvidemos de algo; te contamos cuándo es necesario prestarle atención. Mirá las claves para ejercitar tu memoria.
Me olvide la agenda en casa y no puedo acordarme el teléfono del pediatra", "¿Dónde dejé las llaves de la oficina?", "¿Qué tenía que llevar de esta góndola?", "¿Quién era el protagonista de Los descendientes? "Lo tengo en la punta de la lengua…". Olvidos y más olvidos. Pueden ser pequeños o grandes; seguidos o esporádicos. En todo caso, lo importante es que podamos detectar por qué se producen y consultar al médico cuando empiezan a alterar el funcionamiento de nuestra vida cotidiana. Para despejar dudas, los especialistas tienen la palabra.
Existen olvidos que son normales y que surgen por cansancio, por distracción o por apuro; por ejemplo, dónde dejamos las llaves o una prenda. En cambio, hay otras situaciones a las que debemos prestarles atención. Si no recordamos qué comimos ayer, a qué reunión fuimos la semana pasada, qué película vimos hace unos días, si nos olvidamos por completo de que teníamos una cita, entonces, quizás, sea momento de consultar al médico.
Para ejercitar la memoria
Hay ejercicios cotidianos que ayudan a mantener frescas la concentración y la memoria. Son simples, no requieren esfuerzo ni mucho tiempo y hasta pueden ser divertidos.
Estas son algunas de las recomendaciones que brindan desde Ineco:
Mirar una película y explicar la trama, con sumo detalle, a alguien que no la haya visto.
Hacer cuentas mentalmente y luego compararlas con el resultado del ticket.
Lavarse los dientes con la mano no dominante.
Al atender el teléfono, tratar de reconocer al que llama antes de que se identifique. Al final del día, hacer una lista con las personas que llamaron, con quiénes hablamos o a quiénes vimos.
En una reunión, intentar calcular cuánta gente hay a la derecha y cuánta a la izquierda.
Durante una comida, identificar los ingredientes utilizados y concentrarse hasta en los sabores más sutiles.
Leer un texto corto y tratar de repetirlo con el mayor detalle posible.
Todos los días, dedicar unos minutos a hacer juegos de ingenio, como sopas de letras, sudokus, crucigramas.
Mantener una actividad física rutinaria.
Estimular la vida social con rees de amigos, familiares, entre otras.
Tener un hobby, aprender idiomas o algún instrumento.
Jueves, 19 de abril de 2012