El Peugeot 306 de la dueña de un pequeño comercio y un Fiat Palio perteneciente a un mecánico ardieron después de ser rociados con combustible.
Estaban estacionados a cinco cuadras de distancia en el barrio Cremonte. Los delitos ocurrieron entre las 2:30 y las 3.
Dos automóviles estacionados a cinco cuadras de distancia en la capital correntina fueron incendiados ayer con una diferencia de 30 minutos.
Por ambos casos la Policía inició una investigación tendiente a encontrar a un presunto pirómano del que por ahora no hay indicios.
Entre las 2:30 y las 3 un Peugeot 306 y un Fiat Palio resultaron dañados por las llamas generadas intencionalmente, según los primeros datos recabados por autoridades de la Unidad Especial de Bomberos.
El primero de los hechos sucedió a 30 metros de la Ruta Provincial 5, en calle Arturo Illia del barrio Cremonte.
De acuerdo a la información recolectada por época, el Peugeot gris es propiedad de una comerciante. “En esta cuadra hay un sereno, pero el hombre nos dijo que no vio a nadie”, expresó la mujer.
El fuego, iniciado en el lado derecho frontal del habitáculo, destruyó asientos y el tablero. Para rociar el interior con un líquido inflamable el autor abrió una de las puertas.
“No tenemos seguro y los daños vamos a tener que pagarlo de nuestro bolsillo”, contó la damnificada.
Media hora después, por calle Doctor Ramón Contreras de la misma barriada, el Fiat Palio bordó de un mecánico terminó completamente destruido por las llamas en el frente de la vivienda.
El hombre reveló que dormía al igual que su mujer e hija cuando comenzó a escuchar los estallidos que provocaba el fuego al consumir por completo el automotor.
A pesar de intentar hacer algo para sofocar el siniestro el mecánico no pudo lograrlo. Las llamas envolvían totalmente al rodado modelo 2002, de motor diesel, y también afectaron la parte trasera de un Volkswagen Gol estacionado al lado.
Una dotación de bomberos de la Policía extinguió el fuego que provocó daños en casi toda la estructura. Apenas se salvaron la principal parte del motor y las ruedas.
“Problemas no tengo con nadie. Quiero tratar de estar tranquilo porque si me doy manija voy a quedar loco. Por suerte a mi familia y a mí no nos pasó nada”, señaló el trabajador.
“Al auto lo tenía asegurado contra terceros, así que esto que pasó no sé cómo lo voy a poder solucionar”, expresó con un dejo de resignación.
Por la modalidad y el escaso tiempo entre un caso y otro la Policía supone que el responsable de ambos delitos fue una misma persona, quien posiblemente haya contado con un cómplice.
Las denuncias fueron radicadas en la comisaría Décima.
Martes, 17 de abril de 2012