El Trece levanta la telenovela de Gonzalo Heredia y apresura la nueva tira con el actor de "Herederos". El film con la hija de Víctor Hugo.
Ya está confirmado el apresurado final de Lobo en El Trece, que encabeza Gonzalo Heredia y que en sus últimos capítulos estará Romina Gaetani, y será reemplazado en el prime time por Luciano Castro y Celeste Cid. En Pol-ka esperan poder empezar a grabar en mayo y tenerla lista en julio-agosto. El actor de Herederos..., a punto de terminar la película Amor a mares a bordo de un crucero, nos dice: “Ya cuando me fui, estaba al tanto de la situación. Los éxitos y los fracasos no se explican y el que cree que lo hace, te vende humo. Es la gente la que elije o no. Pero este país es exitista y hay muchos cobardes que no se animan a decir “fracasé” y cuando alguien lo dice, le hacen sentir que no sirve para nada. Pero la vida sigue y nada es tan grave. No me entra en la cabeza cómo un día sos Gardel y al siguiente, una gallina clueca. Está bien que se escriba lo que quiera, es la democracia, no podés evitarlo, como tampoco que haya gente que disfrute con tu fracaso, es el juego de ellos. Hay que dejar que las cosas pasen.
Lo concreto es que los contratos de los actores terminan a fin de mayo y que Marcelo Tinelli no saldrá con ShowMatch hasta que Lobo se despida. Aseguran que incluso los autores están redondeando las escenas para acortar tiempos. Con su salida, sería la primera vez en más de una década que Pol-ka no tenga una ficción en el prime time. De ahí que se adelantaran los tiempos y no bien arribe a Buenos Aires, tendrá que ponerse el traje de boxeador. Casi con urgencia.
—Levantan “Lobo” y empiezan antes con las grabaciones de tu próxima tira en pareja con Celeste Cid, con Gustavo Bermúdez y Osvaldo Laport como boxeadores…
—Sí, en cuanto regrese, me reuniré con Adrián Suar y los directivos. Soy empleado de Pol-ka, de manera que haré lo que me pidan. Eso sí, no pensé que fuera a ser tan pronto. La idea era arrancar en octubre.
—El año pasado hubo gente que siguió a “El Elegido” y otros a “Herederos de una venganza”. ¿Cómo viviste el tema del rating?
—Aquí el tema es que tiene que haber un ganador y eso es lo grave. No creo que le haya ido mal a El Elegido, tampoco creo que haya sido una tira de culto, como algunos quisieron imponerla. Fue una propuesta muy buena con un muy buen elenco y le fue bien. Por el otro lado, estábamos con Herederos... e hicimos más rating y punto. Por mi parte, sólo me dedico a trabajar.
—¿Te convocó Marcelo Tinelli alguna vez para sus “Cantando” o “Bailando”?
—No, no, porque me conoce desde hace muchos años y sabe lo que quiero y pretendo.
—¿Qué opinás del contrato que firmó Florencia Peña para estar en Ideas del Sur?
—No lo sabía, pero está muy bien. Florencia es una laburante, que baila y canta muy bien y está en todo su derecho. Me puede parecer raro, pero no extraño o anormal. Ella se lo merece, es buena gente con una linda familia.
—¿Ves televisión?
—Sí y es una muy buena televisión la que tenemos, una de las mejores del mundo. Viajo mucho y siempre comparo.
El protagonista de Amor a mares cuenta que sigue en el crucero (MSC Música) amarrado en Palma de Mallorca, que partió desde Buenos Aires el 13 de marzo y regresa la semana que viene cuando termine de filmar Amor a Mares, dirigida por Ezequiel Crupnicoff. El elenco se completa con Gabriel “el Puma” Goity, Paula Morales, Miguel Angel Rodríguez, Pompeyo Audivert, Nacho Gadano, Agustina Córdova y la participación especial de Luisa Kuliok.
—¿Se les cruzó el fantasma del accidente que tuvo el crucero “Costa Concordia”?
—No, para nada. Con esa idea no podrías meterte en el agua porque viste Tiburón 1. Nosotros cruzamos el Atlántico... pero creo que no se puede vivir con miedo. Hicimos chistes, el Puma me carga, pero no de la gente que murió sino de la situación.
—¿Cómo es la vida en un crucero?
—En éste son todos europeos y no saben lo que hacemos, les atrae ver las cámaras, somos cuarenta personas, casi una minicomunidad. Los argentinos que hay son pocos y encantadores, varios participaron como extras de la filmación. Estamos todos juntos, muy cuidados con nuestras familias. Filmamos todo el día, nuestras mujeres bajan (está con Sabrina Rojas), disfrutan y compran. Nosotros (los actores) bajamos sólo a comer, vinimos a trabajar. Creo que se estrenará en agosto.
—Interpretás a un escritor que escribe por dinero: ¿debiste cambiar tu aspecto?
—En realidad encarno a un escritor fracasado, que viene con mala racha. El director me propuso que me dejara crecer la barba bien larga y también el pelo, además de aumentar varios kilos, porque se lo imaginaba con panza y anteojos. No fue difícil, lo más complicado es adelgazar. Ahora tengo una dieta distinta, pero me ayuda mucho el vestuario.
—¿Es cierto que admirás mucho a Antonio Di Benedetto?
—Sí, es uno de mis autores preferidos, como también a Haruki Murakami, que siendo un escritor de Oriente, lo leés y pareciera que fuera de Parque Patricios. También leí la novela La grieta de Doris Lessing y me encantó. Pero mi personaje está cuesta abajo, sus últimos libros fracasaron y la editorial lo obliga a publicar para competir. Por eso lo impulsa a subir a este crucero para que pueda concentrarse. Paula Morales (la hija de Víctor Hugo) encarna la musa que le ponen especialmente.
—¿Leés libros de actuación?
—Tengo una biblioteca con Peter Brook o Raúl Serrano, que fue mi maestro. También leí a David Mamet y autobiografías de grandes actores, pero estos textos son para aprender y enriquecer mi trabajo. Son bibliotecas distintas, tengo muy separados los libros de estudio y los de placer.
—¿Desde un crucero te alejás de la realidad?
—Trato de desconectarme bastante, pero hablo todos los días con mi hijo Mateo, que ya tiene 10 años. Además Sabrina (Rojas) tiene Internet y mira todo lo que sale, aunque le pido que no me cuente y me acompaña mucho. Por mi parte, miro los diarios y el resumen por televisión, por lo cual estoy informado. No vivo en un termo, me gustaría, pero no puedo aislarme.
“Quise estudiar con Julio Chavez”
“Estudié seis años con Raúl Serrano –recuerda con mucha pasión Luciano Castro–, después quise estudiar con Julio Chávez, pero no pude por mi trabajo.”
—¿Qué balance hacés de la temporada de Camino negro, en Mar del Plata? ¿Habrá gira?
—El mejor balance y creo que podremos volver a hacerla. No esperábamos nada, por eso mientras pueda elegir lo que hago soy un privilegiado. No salimos a buscar un gran éxito, obvio que queríamos que nos fuera muy bien, pero sin números puestos. Cuando vuelva de filmar, debo sentarme a hablar con Rodolfo Ranni y también con los directivos de Pol-ka, porque soy un empleado de ellos. Tengo un contrato muy importante. Nuestra idea era hacer una gran gira y terminar los dos últimos meses en la capital.
—El año pasado tuviste un ofrecimiento para hacer Yepeto, de Roberto Cossa, en el teatro Nacional Cervantes. ¿Por qué te bajaste?
—Suena muy feo el “te bajaste”, pero te lo acepto porque está instalado. Lo que pasó es que empezamos a ensayar en junio y julio, cuando estábamos en plena tira (Herederos de una venganza) y no tenía la cabeza ni la capacidad para quitarle más tiempo a mi hijo. Grabábamos once horas diarias y debía sumarle cinco para los ensayos. Fueron muy generosos conmigo, desde las autoridades del teatro, el dramaturgo, hasta el director (Jorge Graciosi). No quise venderles humo ni hacer agua. Quiero volver al Cervantes con otro buen texto y hacerlo bien. No quise aceptarlo simplemente por estar allí, ni faltarle el respeto a nadie. No hago teatro de taco, en realidad no puedo hacer nada de taquito. Tengo que estar muy concentrado para mi trabajo, porque en cuanto pisás en falso, te caés y nadie te da una mano.
Lunes, 9 de abril de 2012