Se repiten las expresiones de dolor, bronca e indignación en las distintas salas velatorias donde despiden los restos de los ocho obreros que fallecieron ayer en la ‘tragedia del edificio’. Todos coinciden en la necesidad de encontrar rápidamente a los responsables de la situación.
“Siempre le insistíamos que utilice los elementos de seguridad, pero nos decía que no le daban todas las cosas”, expresó el tío de Marcos González, quien dejó dos chiquitos. “Uno piensa que nunca le va a tocar esto. Tenemos un dolor muy grande. Hasta ahora nadie de la empresa se acercó a darnos apoyo o al menos alguna explicación”, manifestó el hombre. “Marcos siempre trabajó en las alturas, parece que le gustaba. Pintaba, hacía arreglos… todo en los edificios altos”, contó.
Viernes, 23 de marzo de 2012