La víctima tenía 35 años y sufría de leve retraso mental. Fue ultimado a la madrugada de un puntazo en el pecho. Intentó buscar ayuda antes de morir desangrado. Era muy conocido entre los choferes de transporte público, a los que solía acompañar cebando mates.
Un hombre de 35 años fue asesinado ayer de una profunda puñalada en el pecho a una cuadra del Hospital Escuela de Corrientes, luego de ser atacado por una causa que la Policía trataba de esclarecer.
La víctima sufría de un leve retraso mental y no sabía leer ni escribir, pero era muy amigo de muchos colectiveros de la ciudad a los que solía acompañar durante horas cebándoles mates.
Aníbal Omar Galarza perdió la vida alrededor de las 4:20 en la esquina de avenida 3 de Abril y calle Lisandro Segovia, donde cayó desplomado tras recibir un puntazo en el lado derecho del pecho.
Un automovilista fue el primero en llamar a la Policía cuando vio a Galarza caminar totalmente ensangrentado y tambaleando desde la bocacalle hacia la banda lateral Sur de la avenida.
Luego se repitieron los llamados cuando el herido se precipitó de boca arriba del pavimento con el short bajo en la parte de atrás.
De inmediato acudieron efectivos de la comisaría Tercera, situada a dos cuadras, inspectores de tránsito e integrantes de la Dirección de Emergencias Sanitarias quienes constataron la muerte.
Galarza vivía con su madre y un hermano en el barrio San Roque Este.
Sus familiares reconocieron el cadáver y a los investigadores relataron algunas precisiones acerca del modo de vida de su ser querido.
Estas personas indicaron que el hombre salió de su casa el viernes a las 17 y recién volvieron a saber de él con la noticia del homicidio.
Después de establecer que estaban ante un caso de muerte violenta la Policía dispuso una serie de trabajos en búsqueda de posibles testigos en la cuadra de Lisandro Segovia (continuación de Catamarca) al 1600.
Fue en esta arteria, casi sobre la vereda y a unos 20 metros de la avenida, donde suponen que le asestaron el puntazo mortal. “No hay declaración de testigos directos”, confió una fuente policial.
Travestis en la mira
Con el paso de las horas los detectives no seguían distintas hipótesis. “Lo único que la víctima siempre tenía con él era un equipo de mate, nada más”, indicó la fuente que dialogó con época, a su vez basada en el testimonio de personas que conocían a la víctima. Esos objetos no fueron hallados.
Antes del homicidio en la esquina había al menos dos personas ligadas a la prostitución. Serían travestis que ahora son buscados para saber si vieron algo o bien estarían involucrados.
Denuncias
Trascendió que vecinos de esa cuadra habían realizado exposiciones policiales quejándose de la presencia de estas personas que realizan sus ofertas de servicios sexuales en la vía pública.
También hay antecedentes de reclamos porque las relaciones íntimas ocurrían sobre las veredas y junto a las puertas y ventanas de las casas de familia. Por ello era habitual encontrar preservativos usados esparcidos en patios de las viviendas o especialmente al lado de los árboles.
No era linyera
Al momento de ser atacado Galarza no llevaba documentación alguna, vestía remera, el pantalón corto y zapatillas. Incluso en principio la Policía cuando aún no lograba identificarlo se refirió a él como un presunto linyera.
Familiares del hombre ultimado indicaron, además, que a veces tardaba uno o más días en volver a su casa. Y que sus mejores momentos los pasaba acompañando a los choferes. Viajaba con frecuencia hasta Resistencia, volvía y subía a uno y otro colectivo. Era, dicen, “el mejor amigo de los colectiveros”.
Lunes, 19 de marzo de 2012