El testimonio de la jueza , María Inés Lona, de 72 años, quien estuvo en el accidentado crucero que se hundió en Toscanas, costa de Italia, remarcó que la actitud del capitán del barco "fue de terror, se fue primero y nunca dio un mensaje, ni apareció”.


Arribaron al Aeropuerto Internacional de Ezeiza, a bordo de un avión de la aerolínea Alitalia, algunos de los ocupantes del “Costa Concordia” que encalló en Italia. Desde el consulado argentino en esa nación se destacó que “están todos en perfecto estado de salud”.

Entre ellos, la jueza, María Inés Lona, de 72 años, que viajó en el “Costa Concordia” junto a sus dos hijas, que escaparon en los botes. ¿Ella? Debió saltar a la gélida, salada y transparente agua.

“Nosotros subimos al buque a las 6 de la tarde, después de cenar sentimos un golpe y nos quedamos a oscuras. Entonces nos dijeron que era un problema energético, que no nos preocupáramos, así estuvimos durante media hora”, recordó la mujer, que explicó que decidió saltar porque “el barco iba a ser cubierto por el agua, no teníamos más remedios que tirarnos”.

“Cuando yo sentí, hay que tirarse al agua, yo me tiré. Fue instintivo. Mis hijas me encontraron como a las dos horas, creían que me había ahogado o que estaba en el barco. No fue valentía, fue supervivencia”, describió la jueza.

“Yo no tenía hipotermia. Me preguntaron y les dije que estaba bien, sólo mojada. Mis hijas me fueron buscando y, según ellas, parecía Patoruzú”, recordó con algo de humor y cargó duro contra el capitán: “Nunca habló, jamás. No me dí cuenta que era de tanta gravedad. La actitud del capitán fue de terror. No vi a un solo miembro de la tripulación, sí a los hindúes, quienes servían comida”, recordó.

“Yo no conseguí subir en ningún bote, ni tampoco hice mucho esfuerzo, porque había gente muy joven que estaba antes que yo. En el agua me hubiese sido imposible sobrevivir. Tuve suerte, me tiré y no me golpeé con ninguna piedra, sé nadar y eran apenas 50,60 metros así que los nadé rápido”, relató.

“Le creímos que había un problema energético. Eran las 21.40, más o menos. Cuando llegue a tierra firme. SI quieren tener una idea de lo que pasó miren de nuevo 'Titanic',fue así”, comparó.

Sobre el capitán, sentenció: “Hizo una cosa de locos. Otros pasajeros que llevaban días en el buque, dijeron que estaba 'Muy enfiestado'. Con mujeres, con alcohol”, describió y agradecido al consulado argentino en Italia: “Se portaron muy bien. Nos han hecho los documentos, todo bien” y, nuevamente, arremetió contra el capitán: “De terror. Se fue primero y nunca dio un mensaje, ni apareció”.

"Nunca creí que me iba a morir”, explicó María Inés y dijo que su tranquilidad existió porque “mis hijas estaban a salvo”.
El crucero chocó contra unas rocas frente a la paradisíaca isla italiana de Giglio, en la región Toscana, con 4.234 personas a bordo, entre turistas y tripulantes, seis de los cuales murieron y 14 permanecían todavía desaparecidos.

Apenas sucedida la tragedia, la Embajada argentina en Roma y el Consulado dieron asistencia a los 20 argentinos que iban en el crucero para la recuperación de su documentación, ya que quedaron con lo puesto al tener que evacuar la nave con rapidez.

Desde el consulado argentino en Italia, destacó que "todos están en perfecto estado de salud" y adelantó que "esta mañana (por ayer domingo) está partiendo de Fiumicino a Barcelona un charter dispuesto por Alitalia y en él viajan algunos de los argentinos. Esos turistas se encontraban alojados en el Hilton-Fiumicino".

Los turistas que viajaban en el Costa Concordia salieron del crucero con lo puesto, dejando sus equipajes, documentos y en muchos casos dinero en las cajas fuerte de la nave, que no pudieron ser abiertas.


Lunes, 16 de enero de 2012