Los incidentes ocurrieron desde las 20 del sábado hasta las 4 de ayer. No hubo muertos como trascendió en un canal de noticias, pero sí presos y penitenciarios golpeados. El conflicto lo inició un convicto a raíz de un tema personal, aunque detrás hubo otros móviles.
La Unidad Penal número 1 de Corrientes fue nuevamente escenario de una violenta revuelta que se extendió desde la noche del sábado hasta la madrugada de ayer. Hubo internos y agentes penitenciarios golpeados, aunque no muertos como trascendió en un medio periodístico nacional.
El levantamiento de casi cien presos comenzó a las 20 y finalizó a las 4, después de que se presentara una fiscal e incluso el vicegobernador de la provincia a cargo del Ejecutivo, Néstor Pedro Braillard Poccard.
Los incidentes comenzaron con el reclamo particular de un convicto que pedía un permiso extraordinario para salir y dar el último adiós a su padre que murió. Sin embargo, esa solicitud no fue correspondida.
Desde el Servicio Penitenciario (SP) explicaron que la muerte de aquel hombre ocurrió el miércoles y fue recién el sábado a la tarde que el detenido supo la noticia. En el transcurso de esos días la persona fallecida fue velada y cremada, por lo que la salida del interno del penal no iba a ser posible.
Enfurecido, el reo comenzó a “agitar” al resto de la población. Así obtuvo la adhesión de poco más de 80 hombres alojados en los pabellones 1, 2, 3, y 5. En tanto, el resto de los presos no participaron del motín.
Armados con palos, cascotes, “facas” y “chuzas”, los revoltosos protagonizaron una larga noche de idas y vueltas.
Para prevenir fugas, toma de rehenes y evitar agresiones sangrientas debieron acudir decenas de penitenciarios (hasta quienes estaban de franco) y efectivos de la Policía de Alto Riesgo, del Grupo Táctico de Operaciones, de la patrulla motorizada y de distintas comisarías.
Además llegaron integrantes de la Unidad Especial de Bomberos al igual que una dotación de bomberos voluntarios, destinados a sofocar las llamas causadas por la quema de colchones.
Desde los alrededores del penal se escuchaban las detonaciones de armas de fuego. “Con postas de goma” y a modo disuasivo, indicó el SP.
A medida que los incidentes cobraban mayor magnitud comenzaban a llegar familiares de los detenidos, asustados por el destino de sus seres queridos.
Tras ocho de horas de máxima tensión la revuelta pudo ser controlada. Tres presos, considerados como los “cabecillas” de distintos grupos fueron trasladados momentáneamente a las comisarías Tercera y Octava.
Siete serían los lesionados por el impacto de elementos contundentes, ninguno de gravedad.
De acuerdo a diversas fuentes consultadas por época, la información divulgada por un canal de noticias “no era verdadera” y ello pudo derivar en algo peor porque “las familias de los internos muy sobresaltados decían que era cierto porque lo habían dicho en la tele”.
En el resto del día de ayer el clima seguía espeso y la guardia permanecía reforzada.
Parientes de los condenados denunciaron que sus seres queridos continúan sufriendo malos tratos de los guardiacárceles. “Acá adentro puede pasar cualquier cosa”, advirtió una mujer que aguardaba el horario de visitas.
Vale todo
El panorama en el interior de la cárcel era propio de un campo de batalla. Roturas de rejas, objetos incendiados, palos y piedras desparramados fueron algunas de las imágenes observadas en un amplio sector del predio.
Durante una requisa fueron secuestradas decenas de armas blancas de todos los tamaños confeccionadas con restos de barrotes, caños, hojas de metal afilados y alambres. Incluso a la rama de un árbol le “sacaron punta”.
Hay algo mas”
Los convictos que llevaron adelante el motín son quienes la semana pasada participaron de una reyerta en la que varios hombres sufrieron heridas cortantes, uno de ellos con la pérdida de un ojo.
Si bien todo empezó por el reclamo de un interno en particular esto sirvió para que el resto se plegara. “Detrás de todo esto hay algo más”, le dijo a este diario un efectivo del SP. Con la de este fin de semana ya suman tres las revueltas en un mes y medio.
Parte médico
El Ministerio de Salud Pública informó de la asistencia a seis internos del Penal 1 y a cuatro agentes penitenciarios, derivados a los hospitales J. R. Vidal y Escuela.
Un interno recibió una sutura en la cabeza. Otro tenía un golpe en el brazo. Mientras un efectivo evidenciaba lesiones en una pierna.
En el Escuela tres hombres de la fuerza entraron con lesiones leves y cuatro internos con golpes en la cabeza, brazos y piernas.
Lunes, 16 de enero de 2012