Horas antes de un encuentro con la canciller Angela Merkel en Berlín, Mario Monti reprochó al bloque que no haya valorado los ajustes de su país. "No nos pongan más dificultades. Italia ha estado aguantando"
Ha sido una reacción inesperada. El primer ministro italiano, que sucedió a Silvio Berlusconi en noviembre de 2011 a cargo del Ejecutivo de Italia, será recibido por la canciller Angela Merkel en la Cancillería de Berlín con honores militares, pero su encuentro se producirá después de un choque: el que representa la entrevista que ha concedido Monti al diario conservador Die Welt, en la que Monti recrimina la actitud de la UE, y en especial la de Francia y Alemania, quienes "cometerían un grave error si piensan que ellos solos podrán dirigir la UE".

El primer ministro italiano considera que los riesgos para su Gobierno no provienen de Italia, sino de la misma Europa, y constata que los planes de austeridad de la política italiana "no reciben de la Unión Europea la apreciación y la valoración que objetivamente merecen". Según Monti, "si los italianos no perciben éxitos tangibles a su disposición al ahorro y a las reformas, habrá protestas contra Europa, y también contra Alemania, considerada como el líder de la intolerancia de la Unión Europea, y también contra el Banco Central Europeo".



Monti ha explicado al diario alemán que pese a los "sacrificios" que ha tenido que realizar su país con los planes de ajuste exigidos por el bloque comunitario, "no hemos tenido una concesión de la UE, por ejemplo, con una bajada de las tasas de interés". El primer ministro no renuncia todavía a seguir aplicando los planes de austeridad, aunque ha reconocido que la liberalización del mercado que implican sus políticas perjudicará a sus conciudadanos. "Le sigo pidiendo a los italianos "duros sacrificios, pero puedo exigirlo sólo si se ven en el horizonte ventajas concretas".



El jefe del Ejecutivo italiano ha advertido también a la dupla germana-francesa que ellos no son los únicos que forman parte de la Unión Europea. "Ambos países deben comportarse de modo que involucren a los demás, y no excluirlos, aunque este último peligro existe". El presidente del Consejo de ministros italiano reclamó el derecho de su país a tener un papel más importante en Europea, que "lo tendrá", aunque advierte: "No podré tener éxito si no cambia la política de la UE. Y si esto no sucede puede suceder que Italia, que siempre ha sido un país proeuropeo, caiga en los brazos de populistas".


Miércoles, 11 de enero de 2012