La Albiceleste se estrenó en la fase de grupos del torneo que se disputa en Chile.
El miércoles se cruzará con Australia, que perdió 1-0 con Italia.
Un duelo entre Argentina y Cuba obligaba a presuponer una goleada. Pero ya no se puede dar nada por sentado en el fútbol moderno. Y si alguien se resiste a creerlo vale con mirar una y otra vez el estreno de la Selección Sub 20 de Diego Placente en el Mundial de Chile. Sufrió mucho más de lo esperado para que el debut se transformara en victoria y en el primer paso del sueño de cortar 18 años de mala suerte para llegar a la séptima vuelta olímpica en el escalón más alto de los juveniles. Fue un 3-1 que costó construir, pero que sirve para esperar con optimismo el duelo del miércoles contra Australia, que ayer cayó por 1-0 con Italia en el otro duelo del Grupo D.
El primer tiempo fue un electrocardiograma. Es que Argentina sacó diferencias bien temprano gracias a una combinación entre los tres puntas. La armó Santino Andino, se juntó con Maher Carrizo y la empujó Alejo Sarco. Eran todas sonrisas hasta ahí para los pibes, que incluso tuvieron un par de ocasiones para aumentar.
Pero la alegría duró poquito. Es que la Sub 20 albiceleste iba tanto que quedaba mal parada y una criteriosa Cuba, de la nada, generó complicaciones. Alessio Raballo picó al vacío y Santiago Fernández lo cruzó con lo justo. A primer golpe de vista pareció quite limpio, pero el árbitro malayo Muhammad Nazmi bin Nasaruddin entendió que era foul y roja. Placente estrenó la tarjeta verde y no hubo caso. Al menos no cobró penal.
Diez contra once, el DT argentino rearmó la defensa. Juan Villaba pasó a la zaga y Teo Rodríguez Pagano entró por Andino para convertir el 4-3-3 en un 4-4-1. Y Argentina empezó a sufrir el partido. Y más después de que Placente dilapidara la tarjeta verde restante con un penal que el juez asiático, otra vez con polémica, omitió cobrar. Pero todo eso no le importó demasiado a Sarco, quien un rato más tarde volvió aparecer para estirar distancias. El ex Vélez, hoy en Bayer Leverkusen y de gran noche, conectó un hermoso cabezazo tras un centro de Dylan Gorosito.
El 2-0 parcial le trajo calma a la Argentina, aunque Cuba se las ingeniaba para que la noche no fuera plácida en medio de los continuos abucheos de los hinchas chilenos. Y la prueba de ello fue que pudo recortar distancias antes del descanso después de un córner que Romario Torres bajó y que Karel Pérez mandó al fondo del arco defendido por Santino Barbi.
Parecía que se venía la noche para los chicos de Placente. Pero el DT encontró una solución en el banco. Es que Tomás Pérez entró por Montoro y el pibe que juega en Porto puso la pelota bajo la suela y tomó las riendas del partido. Cuba perdió poder de fuego y Argentina ganaba en tranquilidad. Pero la paz recién llegó sobre el final cuando Ian Subiabre, que había entrado por Carrizo, terminó una jugada que hilvanó por Pérez por la izquierda. Era el 3-1 y la sonrisa en un debut que se complicó mucho.
Domingo, 28 de septiembre de 2025