El equipo de Marcelo Gallardo logró un triunfo trabajado pero justo en La Plata.
Con los tres puntos recuperó la cima de la Zona B, donde lo había superado Riestra.
Los aplausos con los que Marcelo Gallardo terminó el partido en La Plata no solo hablaron de la gran victoria 2-1 de River ante Estudiantes. También el triunfo funcionará como un golpe de efecto, un envión anímico indispensable para preparar el duelo del miércoles por la ida de cuartos de final por Copa Libertadores contra Palmeiras. Los comandados por el Muñeco se quedaron con un duelo caliente bajo un clima de encuentro de torneo internacional. Encima, River jugó muy bien cuando estuvo con 11 jugadores y supo sufrir cuando se quedó con uno menos por la expulsión de Lucas Martínez Quarta.
Guardaron lo justo y necesario Eduardo Domínguez y Gallardo: solo los que estaban al límite desde lo físico no fueron titulares pensando en los duelos coperos. Se conoce: Estudiantes se mide el jueves en Brasil contra Flamengo, mientras que River va con Palmeiras. Así, con casi toda la carne en la parrilla, salió un partidazo en UNO, con emociones cambiantes, con un ritmo dinámico y con varias situaciones de gol. Pero conviene ser justo con el análisis: fue todo de River hasta la expulsión de Lucas Martínez Quarta, a los 39 minutos de la etapa inicial. Hasta la infantil doble amonestación del zaguero (con menos de dos minutos de distancia entre una y otra), los de Núñez habían jugado el mejor partido del semestre.
“Se paran con tres”, le avisó Leandro González Pirez a Domínguez segundos antes del comienzo. Sorprendió el Muñeco con la prueba a días del crucial choque contra los brasileños. Se plantó con un 5-3-2 River y el rendimiento de todos los intérpretes fue alto. El beneficiado con el nuevo dibujo fue Enzo Pérez, que solía correr en soledad en casi todos los juegos. También la incorporación de un líbero -Juan Portillo- mejoró a la zaga, esta vez compuesta por Martínez Quarta y el cada vez más afianzado Lautaro Rivero. Se hizo ancho el millonario por las bandas con Acuña y Bustos, manejó bien la pelota con los interiores Nacho Fernández y Galoppo -que no estará el miércoles por expulsión-, y fue punzante arriba con Salas y Driussi.
Hizo todo bien River en los primeros minutos: le salió la presión, llegó con muchos futbolistas a posición de gol, monopolizó la pelota con una tenencia superior al 60 por ciento y marcó dos goles rápido. El primero fue de cabeza de Galoppo tras un córner de Fernández y el segundo del propio Nacho, que se aprovechó de un mal despeje de Facundo Rodríguez y la clavó de zurda después de pararla con el pecho. Hubo dudas con la acción porque la sensación era que el volante la había parado con la mano. Nicolás Ramírez -de dubitativo arbitraje- la revisó en el VAR y lo otorgó.
Estudiantes y River se sacaron chispas en La Plata: Medina se tira a los pies de Acuña. Foto: Emmanuel Fernández.Estudiantes y River se sacaron chispas en La Plata: Medina se tira a los pies de Acuña. Foto: Emmanuel Fernández.
La cara de Gallardo lo decía todo en esa etapa inicial cercana a la perfección: sonreía. Pero en el fútbol nada grande se consigue sin la inteligencia de los futbolistas. Y Martínez Quarta oscureció una tarde que parecía de pura luz: le metió un patadón innecesario (que pudo ser roja) a Ascacibar y segundos después saltó a cabecear con el codo arriba. La doble amarilla casi no se protestó. Para los dos comenzó un nuevo partido.
La geografía del duelo cambió para el complemento. Estuvo lúcido Gallardo para mover las fichas: metió a Castaño y a Galarza por Fernández y Driussi y armó un férreo 4-4-1. Y lo supo aguantar, ante un rival de peso que también puso todo (ingresaron Medina, Cetré y Carrillo) y lo buscó por todos lados. Sí, le faltó conectar pases a River y provocar situaciones. Pero el daño lo hizo al principio y defendió con personalidad cerca de Armani.
El descuento de Santiago Núñez decoró el resultado. Porque River ya se sentía ganador. Y llegará renovado y confiado al miércoles.
Domingo, 14 de septiembre de 2025