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El mejor alfajor del mundo nació por accidente en pandemia y es furor: vende 3 veces más que antes de conseguir el título
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Domingo, 24 de agosto de 2025

Se trata de la variedad de dulce de leche bañada en chocolate blanco de la marca Los Retamos.
La historia de la firma patagónica que consiguió el primer puesto en el último mundial de esta golosina.


El alfajor que se llevó todos los aplausos en el Mundial del Alfajor 2025 no salió de una gran fábrica ni de una cocina industrial, sino de una chacra en Chubut. Detrás de esa medalla está Almendra Guillier, creadora de Los Retamos, una marca que nació casi de casualidad en plena pandemia y que hoy se convirtió en sinónimo de calidad y orgullo patagónico.

Lo que distingue a sus alfajores es que están hechos con materia prima de su propia chacra familiar: nueces, frambuesas y otros ingredientes que llevan el sello de la tierra que los vio crecer. Esa cercanía con el producto final no solo les da un sabor auténtico, sino también una identidad única que los diferencia de todo lo que circula en las góndolas.

El gran protagonista fue el alfajor de nuez, elegido como el Mejor del Mundo, acompañado por el de frambuesa, que se quedó con la medalla de oro. Desde que recibió el premio, las ventas de Los Retamos se triplicaron y la historia de esta emprendedora chubutense empezó a recorrer el país, demostrando que a veces los accidentes más felices son los que cambian para siempre el rumbo de una vida.

La historia detrás del mejor alfajor del mundo
Almendra Guillier acaba de convertirse en la creadora del Mejor Alfajor del Mundo 2025 con su marca Los Retamos. Nació en El Hoyo, Chubut, y se formó en gastronomía en la Escuela de Hotelería de Bariloche. Allí trabajó varios años en hoteles y restaurantes, hasta que el ritmo agotador de las cocinas la empujó a buscar un cambio. “Estaba como un poco peleada con la cocina. Necesitaba salir del estrés de los despachos del restaurante y buscaba más estabilidad y tranquilidad”, cuenta. Así fue como volvió a la zona de El Hoyo y El Bolsón y empezó a trabajar en administración, convencida de que su camino en la cocina había terminado.

Pero en 2020, con 31 años y en plena pandemia, todo dio un giro inesperado. “Yo estaba aburrida, sola y quería comer algo dulce. Entonces dije: me voy a hacer un alfajor, porque no quería salir a comprar”, recuerda. Con lo que tenía a mano en casa —chocolate, dulce de leche y un dulce de frambuesa orgánico hecho por su mamá con fruta de la chacra familiar— preparó sus primeros alfajores. No calculó bien la masa e hizo de más. Sin pensarlo demasiado, los compartió con amigos y vecinos.

Almendra elaborando sus alfajores. Almendra elaborando sus alfajores.
La respuesta fue inmediata. “Los puse en el estado de WhatsApp y dije que al que saliera a hacer las compras le regalaba un alfajor. Y empezaron a llegar devoluciones que me decían: es lo mejor que probé en mi vida, quiero que lo hagas de nuevo, quiero mandarle a mi familia, quiero regalarle a una amiga”. Ese fin de semana repitió la receta, y lo que había empezado como un simple antojo se transformó en un aluvión de pedidos.

En apenas dos meses la demanda había crecido tanto que Almendra tomó una decisión arriesgada: renunció a su trabajo administrativo para dedicarse de lleno a la producción. “Elegí arriesgarme y emprender. La vida me estaba mostrando que la gente quería alfajores, me los pedían. Lo tomé como una señal y dije: me entrego a esto que está pasando”, recuerda. Desde ese momento, no paró.

La producción, que arrancó en la cocina de su casa, pronto necesitó otro espacio. “Al año de haber empezado convertí el quincho de la casa de mis papás en una fábrica. Lo azulejé, puse mesas de acero inoxidable, lo habilité a nivel nacional”, explica. Ese mismo lugar, dentro de la chacra familiar, es también el origen de algunos de los ingredientes clave: frambuesas, frutillas y nueces que confieren identidad y frescura a cada alfajor.

La Chacra familiar donde producen los ingredientes principales de los alfajores.La Chacra familiar donde producen los ingredientes principales de los alfajores.
Esa raíz patagónica es la esencia de Los Retamos. “Todo lo que yo puedo usar que sea un producto local es lo que elijo y lo que me gusta mostrar como identidad en los alfajores”, dice. El nombre de la marca también nace de esa tierra: “Los retamos son unas flores lilas en racimo que crecen en la chacra donde estamos. A ese lugar mis bisabuelos lo llamaban el retamal, porque había muchos retamos. De ahí viene el nombre y por eso está en el logo”.

Tras varios reconocimientos en ediciones anteriores, este año llegó el premio mayor: Los Retamos fue elegido como el Mejor Alfajor del Mundo en el Mundial 2025, con el de nuez como protagonista y el de frambuesa sumando medalla de oro. “Es la tercera vez que ganamos, pero la primera que recibimos el premio mayor”, celebra Almendra, que hoy ve triplicadas sus ventas y confirma que aquel antojo de pandemia cambió para siempre su vida.

Cómo es y cuánto sale el alfajor ganador del Mundial 2025
El alfajor ganador del Mundial del alfajor 2025El alfajor ganador del Mundial del alfajor 2025
El alfajor que se coronó como Mejor del Mundo en 2025 es un alfajor bañado en chocolate blanco, con una masa hecha a base de harina de nuez y un relleno clásico de dulce de leche. Lo que lo diferencia está en los detalles: “El harina de nuez tiene pedacitos de nuez, no es que es supermolida, fina. Vos lo comés y se sienten pedacitos crocantes. Y ese es un plus que tiene”, explica Almendra.

La calidad de la materia prima es otro punto fuerte. Las nueces son de La comarca, tostadas para intensificar su aroma y sabor. “Son muy puras, y la nuez tostada le da un toque especial que queda muy bien”, detalla su creadora. No es una receta nueva: “Este alfajor ya lo vendía, de hecho es uno de los primeros que hice allá en el 2020 cuando empecé”, recuerda.

El otro emblema de la marca es el alfajor de frambuesa y dulce de leche, que en 2022 se llevó la medalla de oro en el Mundial en la categoría triple. Tiene una capa de dulce de leche y otra de mermelada casera de frambuesas de la propia chacra familiar. “Ese fue el primero que hice. Sí, porque tenía frambuesa y dulce de leche”, cuenta Almendra, subrayando que este alfajor representa los orígenes mismos del proyecto.

El alfajor de frambuesa y dulce de leche de Los Retamos. El alfajor de frambuesa y dulce de leche de Los Retamos.
Hoy ambos se venden en la tienda online de Los Retamos, disponible a través del Instagram oficial de la marca. “Enviamos a todo el país. Estamos ahora en full producción por toda la demanda, pero normalmente tardan tres o cuatro días en llegar a cualquier punto del país”, asegura. El interés explotó tras el premio: “Más del doble, el triple de un día para el otro”, reconoce Almendra.

En cuanto a precios, el alfajor campeón de nuez cuesta $ 3.800, mientras que el de frambuesa y dulce de leche sale $ 4.100. Por ahora, debido al furor, no hay revendedores ni puntos de venta en locales: “Cuando esto pase vamos a tener una selección de locales”, anticipa Guillier, que mientras tanto concentra todos los esfuerzos en sostener la producción artesanal que convirtió a Los Retamos en un símbolo de la Patagonia y en el nuevo campeón mundial.


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