Corrientes cuenta con un nuevo animal protegido, que se suma al yaguareté, el aguará guazú y otros más. Buscan evitar la extinción y los riesgos.
La Legislatura de Corrientes declaró recientemente monumento natural al guacamayo rojo, por lo que esta especie logró alcanzar el máximo nivel de protección dentro del territorio provincial. De esta manera, se suma otro paso en la búsqueda de preservar a las especies y de tratar de que se reproduzcan, luego de años con serias dificultades para este tipo de animales.
Desde la Fundación Rewilding Argentina destacaron en este sentido que la declaración de los legisladores correntinos “refuerza el compromiso del pueblo con la conservación de esta espectacular ave y con el proyecto que busca reintroducir por primera vez en el país una especie que se había extinguido”.
Fue en 2015 cuando se puso en marcha el proyecto del guacamayo rojo en Corrientes, en ese momento en el Portal Cambyretá del Iberá, en lo que consideraban una iniciativa muy ambiciosa.
De esta manera, se liberaron a los cielos algunos ejemplares que provenían de cautiverio. Cinco años después de iniciado el proyecto, es decir el año pasado, nacieron en estado silvestre los dos primeros pichones, representando un hito para la conservación de esta especie.
Desde la fundación internacional destacaron en este sentido la importancia de la recuperación de la especie no solo por su valor en sí misma, sino también por su rol en el medioambiente en el que habita. Al respecto señalaron que el guacamayo es un dispersor de semillas y, por lo tanto, un regenerador de bosques nativos.
Asimismo, resulta un atractivo turístico de gran relevancia, posicionando al Iberá como el único sitio del país para el avistaje de esta especie, por lo que los beneficios trascienden lo ambiental y generan buenas perspectivas en el posicionamiento de Corrientes a nivel nacional e internacional para los visitantes que apuntan al ecoturismo.
De esta manera, el guacamayo rojo se suma a otras especies que son consideradas monumentos naturales en Corrientes, grupo que se expandió en los últimos años con el fin de ponerlos en valor y de protegerlos.
Algunos de los otros animales que cuentan hoy con el máximo nivel de protección son el yaguareté, el oso hormiguero grande, el ciervo de los pantanos, el venado de las pampas, el aguará guazú y el lobito de río. Todos ellos forman parte de un plan que se encarga de protegerlos y, en algunos casos, de reinsertarlos en su ambiente natural tras décadas de extinción.
Así, aunque el yaguareté sea quizás el gran estandarte de la fauna correntina y de los intentos por recuperar la raza, existieron y siguen habiendo especies que son protegidas justamente para prevenir futuros inconvenientes.
Es, en definitiva, una maniobra política y conservacionista que apunta a no llegar a una situación límite como se llegó en otros casos, lamentablemente, con riesgos ambientales.
Martes, 27 de abril de 2021