La víctima conducía el vehículo en el que iba junto a tres amigos, quienes salieron ilesos. Cuatro hombres los siguieron desde cuadras antes y, sobre una avenida, abrieron fuego a mansalva. Lo balearon en la cabeza. Conocía a sus asesinos. Sería un “ajuste”.
Al menos cuatro delincuentes atacaron a balazos un automóvil en el que ayer circulaba un grupo de amigos, sobre una avenida en la zona Sur de la ciudad de Corrientes. El saldo, un joven muerto a raíz de un impacto en la cabeza.
Los intensos trabajos policiales, desarrollados instantes después del crimen y hasta el cierre de esta edición, permitieron conocer información de suma relevancia para tratar de clarificar lo sucedido. Por ello, sería sólo una cuestión de tiempo la concreción de allanamientos.
La hipótesis de mayor relevancia liga a este acto criminal con un supuesto “ajuste de cuentas”, devenido de un problema que, a su vez, estaría relacionado a la venta de drogas, indicaron a época fuentes del caso.
Gerardo Luis Lugo, de 27 años, alias “Cheo”, murió al instante. Sufrió un disparo letal en la parte posterior de la cabeza, por encima de la nuca.
Lugo, domiciliado en el barrio 9 de Julio, conocido popularmente como “Laguna Seca”, manejaba un Fiat Palio rojo de vidrios polarizados. Estaba en compañía del titular de ese vehículo, Ramón Alejandro Z., también de 27 años, del barrio San Marcos, y de otros dos jóvenes.
Alrededor de las 2, los asesinos arremetieron a tiros contra ese auto en avenida Arturo Frondizi al 3500, frente al predio del Jardín Botánico, en el barrio Parque Ingeniero Serantes, frente al sector denominado “La Olla”.
El Palio circulaba en sentido al barrio Fray José de la Quintana cuando fue alcanzado por al menos cinco proyectiles, disparados con una o dos pistolas calibre 9 milímetros.
SITIOS EN LA PARTE POSTERIOR DEL AUTOMÓVIL EN LOS QUE DIERON LOS PROYECTILES.
SITIOS EN LA PARTE POSTERIOR DEL AUTOMÓVIL EN LOS QUE DIERON LOS PROYECTILES.
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De acuerdo a las pericias, el automóvil cruzó por encima del parterre al carril contrario y detuvo la marcha contra unos arbustos, justo en el ingreso al Botánico, un sector de escasa iluminación. El vehículo presenta orificios en el sector trasero: la luneta, el paragolpes y puerta de baúl.
Los cuatro homicidas, en las dos motos, apenas finalizó la balacera frenaron al otro lado de la avenida durante unos segundos y después decidieron escapar.
En tanto, los acompañantes de Lugo descendieron del vehículo. Dos de ellos se alejaron corriendo, el tercero, Ramón Z., quedó merodeando el lugar hasta ser encontrado y demorado por efectivos del Grupo de Respuesta Inmediata Motorizada 2. Tenía el brazo izquierdo ensangrentado, pero no porque estuviera herido sino al tomar contacto con el cuerpo del joven fallecido, ya que iba a su lado en el asiento de adelante.
La pesquisa fue iniciada por autoridades de la comisaría seccional Vigesimoprimera, a la que se sumaron detectives de la División Homicidios, dependientes de la Dirección de Investigación Criminal (DIC).
Los tres sobrevivientes brindaron sus testimonios ante los encargados de la investigación. Dieron precisiones de los momentos antes del crimen, hacia dónde iban y algunos pormenores de los instantes de la balacera. “Quedaron con miedo; los dos que iban sentados atrás se salvaron de milagro, como se dice”, indicó una de las fuentes consultadas.
Lunes, 7 de enero de 2019