Los delincuentes treparon al techo, desactivaron parcialmente un sistema de alarmas y descendieron hasta una oficina. Parecía que todo les salía bien. Pero un imprevisto los obligó a dejar el cofre en una vivienda lindera.
Una banda de ladrones estuvo a punto de lograr su objetivo de sustraer una abultada suma de dinero de una distribuidora de la ciudad de Corrientes. Fue luego de burlar, parcialmente, un doble dispositivo de alarmas, y sacar una caja de seguridad que, ante un imprevisto, decidieron abandonar sobre el techo de una casa vecina.
El delito afectó a la firma “Q-Market”, situada en calle Estado de Israel al 3600, entre Güemes y Tacuarí, del barrio Villa Celia, en la zona Este de la capital.
Lo sucedido quedó al descubierto cuando miembros de una empresa de seguridad privada notaron la presencia de extraños sobre los techos de la empresa, sitio al que acudieron debido a la activación de una alarma de humo.
Los guardias habrían realizado uno o dos disparos con un arma de fuego para espantar a los desconocidos, quienes se alejaron por el fondo.
Al rato, encargados de la apertura del comercio alertaron a la Policía y, en cuestión de unos pocos minutos, comenzaron a llegar patrulleros de diferentes dependencias.
Como saldo de un primer relevamiento, se constató el faltante de un cofre de seguridad cargado con una considerable cantidad de efectivo, que se hallaba guardado en un sector administrativo, según los dichos del titular de la empresa.
Efectivos de la comisaría seccional Quinta junto a detectives de la Dirección de Investigación Criminal, empezaron a trabajar en la búsqueda de pistas.
La primera hipótesis surgida habla de que los malvivientes contaban, al parecer, con datos demasiado precisos. Supieron cómo ingresar y tuvieron el “recaudo” de llevarse un “DVR”, que es la memoria en la que queda almacenado lo que captan las cámaras instaladas tanto adentro como afuera del predio.
“Entraron por el techo, al que subieron desde una propiedad lindante”, explicó una fuente policial.
La distribuidora utiliza un enorme galpón, de alrededor de 12 metros de ancho y aproximadamente 45 de fondo. “Llega hasta casi la mitad de la manzana”, explicó.
Aparentemente, la alarma de humo se activó en el momento en el que los delincuentes estaban por finalizar su cometido. Si bien tuvieron la rapidez y capacidad de apagarla en cuestión de unos pocos segundos, la alerta llegó a la oficina de la empresa de seguridad privada, desde la que enviaron a su personal. Esto habría ocurrido unos minutos pasadas las 5.
Ante la llegada de los hombres de seguridad, los ladrones desestimaron el plan inicial, ante el temor de ser detenidos. Para entonces ya habían sacado la caja de seguridad y la colocaron sobre el techo de losa de una casa lindante. Allí quedó “abandonada”, mientras fugaban con otros valores que serían escasos.
Por la modalidad, estiman que, como mínimo, debieron ser tres perpetradores. Uno de ellos quizá oficiando de “campana” en la parte exterior, posiblemente en un automóvil.
Sábado, 16 de junio de 2018