El Albo empató 1 a 1 con Atlético Laguna Blanca (2 a 2 en el marcador global) y debió definir la serie desde los doce pasos, instancia en la que se destacó su arquero Yamil Jara. Se metió entre los cuatro mejores equipos de la región Ascenso 3.
Debió sufrir más de lo deseado, pero Mandiyú avanzó a la instancia de semifinales tras dejar fuera de combate a Atlético Laguna Blanca de Formosa, al que ayer derrotó por penales 3 a 1 después de igualar en cancha de Ferroviario 1 a 1 (idéntico fue el resultado registrado en la ida). Con el respaldo total de su gente, el Albo se metió entre los cuatro mejores equipos de la región Ascenso 3 del torneo Federal B y mantiene intacta su ilusión de seguir creciendo en la competencia.
Mandiyú llegaba al desquite con la serie empatada, lo cual no es poca cosa en esta categoría. El entusiasmo se hizo palpable con la convocatoria que superó la capacidad sugerida para el estadio Juan Carlos Vallejos en el barrio San Benito.
Cualquier resultado favorable al Albo, ya sea el mínimo, lo metía en semifinales. Eso lo sabían la gente, los futbolistas del local y también aquellos de Laguna Blanca, el equipo dirigido por el Tigre Amaya y que precisamente por ello edificó una sólida estructura defensiva y buscó frustrar el circuito de juego de los muchachos conducidos por Pablo Suárez. Los formoseños confiaban en mantener en cero el arco propio y en disponer de alguna ocasión mediante la cual hacerle daño a Mandiyú.
En gran parte del juego los visitantes se salieron con la suya, más allá del empuje del local, que merodeó el área formoseña en reiteradas ocasiones, y de algunas jugadas en las que el arquero Gustavo Pérez respondió con mucha seguridad.
Durante la primera mitad del partido las principales acciones del local tuvieron a Juan Martín Kuchack como referencia ofensiva. El delantero en base a sacrificio se las ingenió para marcar presencia en campo rival. A los 2 minutos se recostó por la banda derecha y envió un largo centro al segundo palo, por donde llegó Gonzalo Ramírez, aunque su remate se fue alto (tendría revancha más avanzado el juego). Minutos después el Tanque bajó una pelota para Nicolás Ferreira pero ni el mediocampista con su disparo ni Ariel Reinero con su cabezazo pudieron imprimirle la potencia y precisión necesaria al balón para vencer a Pérez. Finalmente otra intervención de Kuchack, que batalló para ganar una nueva redonda, no pudo ser aprovechada por Manuel Barrios Alfonzo quien no logró dominar el esférico y acomodarse para rematar y cedió ante el achique del arquero de Laguna Blanca.
A la frustración de no poder afirmarse en los metros finales de ataque, a los 44 minutos se sumó un inoportuno gol de Laguna Blanca, para complicarle aún más el escenario a Mandiyú. Lucio Gómez cometió una infracción en línea recta al arco propio y Carlos Ortiz con un tiro potente y difícil de despejar, le complicó la existencia al arquero Yamil Jara, quien no logró retener el balón y un cazador de rebotes como Roberto Martínez -valiéndose que los marcadores nunca fueron a cargar la pelota- con un tiro alto le dio un baldazo de agua congelada al Albo.
Al local no le alcanzaba con las ganas de Kuchack, y el despliegue de Alvaro Pavón (el mejor de la jornada), siempre listo para emparchar cualquier bache en la mitad de cancha. Necesitaba mayor elaboración de juego (una mejor versión de Gómez o el propio Nicolás Ferreira) y también lastimar por las bandas, herramientas que le hicieron ganar más de un partido al elenco dirigido por el Flaco Suárez.
El segundo tiempo se inauguró con una chance más del Albo, pero al tiro de Kuchack le faltó potencia. Fue lo último del Tanque que terminó sentado en el banco de relevos luego de ser reemplazado por César Molina (el Chacarero se activó rápido, pero pocos lograban entender una salida tan temprana del goleador del equipo y corriendo desde atrás en el marcador). Al rato también ingresó Diego Monzón (por Lucio Gómez), con la clara misión de jugar recostado por las bandas.
Los dos atacantes dispusieron de oportunidades para darle la igualdad al Albo, pero no estuvieron finos en la definición. Monzón quedó cara a cara con Pérez, aprovechando una pelota que bajó el Chacarero, pero su remate se fue apenas ancho junto al poste izquierdo; en tanto Molina capturó un tiro defectuoso de Reinero, disparó con potencia al arco y se topó con la firmeza de Pérez.
Laguna Blanca parecía salirse con la suya, dada la impaciencia reinante en Mandiyú, que merodeaba el arco del visitante pero no lograba tener la claridad necesaria para estampar el 1 a 1.
Hasta que por fin llegó el desahogo a los 37 minutos cuando Pablo Cáceres (reemplazó a Barrios Alfonzo) lanzó una pelota al área formoseña, y el envío fue desviado por Reinero, con un cabezazo que cayó manso en el segundo palo, por donde apareció Ramírez y con un tiro seco rompió la resistencia de Pérez y le devolvió el alma al cuerpo de los Algodoneros.
Pero a Mandiyú no le alcanzó con el empuje de los minutos restantes y la llave debió definirse por la vía de los penales, instancia en la que Jara se vistió de héroe ya que el arquero no sólo atajó dos remates (el restante yerro formoseño dio en el travesaño) sino que también se encargó de ejecutar el tiro final, el que metió al Albo entre los cuatro mejores equipos de la región Ascenso 3.
Las semifinales serán ante Ferroviario, un archiconocido rival, con lo cual Corrientes se garantizó un representante en la final del torneo. La ilusión del renacido Mandiyú y su gente, es que esa definición tenga al Algodonero como protagonista.
Lunes, 21 de noviembre de 2016