La actriz recordó su escandalosa separación de Daniel Osvaldo en Morfi, todos a la mesa
Con su regreso a la actuación con Esperanza Mía, Jimena Barón volvió a lograr que se hable de ella por su trabajo. Hoy en Morfi, todos a la mesa la actriz recordó la tumultuosa separación de Daniel Osvaldo, padre de su hijo Morrison, que la tuvo en el ojo de una tormenta mediática por meses, hasta que regresó a la televisión.
"Con lo que viví aprendí a no juzgar lo que pasa en una casa y en una pareja de puertas adentro. Pero el escándalo fue porque nunca hubo separación y yo justo empezaba a grabar en Pol-ka. Nunca hubo escándalos en mi vida. Fue violento que se vaya así, yo me merecía una explicación, cuando hubo un deseo y un proyecto de una familia. Me lastimó lo que me hizo como mujer", aseguró
Barón contó cómo fue que que decidió aferrarse a su carrera para superar el drama de su separación. "Pensé '¿Por qué me va a arruinar eso esto también?'. Extrañaba mi trabajo. Ya me tocaron mi familia, mi integridad, mi moral, mi cabeza, mi corazón, todo. Y dije: 'A mi trabajo no me lo van a tocar'".
Barón destacó la influencia de su mamá, Gabriela, que estaba invitada a cocinar en el programa: "¡Cuánto me parezco a mi mamá! Porque mi mamá es una mujer que vimos siempre con esa energía que también tengo yo. Una mujer que nos llevaba a hacer un campamento al lado de la autopista, o a hacer un asado. Que teje al crochet, que cocinaba, pintaba, que ama la música. Siempre disfrutando, una mina a la que le molesta el estado de tristeza, y yo me veo reflejada también".
El sincero testimonio de su hija hizo llorar a Gabriela y las dos se dieron un cálido abrazo.
En otro momento de la entrevista Jimena reveló que ve su futuro profesional más cerca de la conducción y de la música (lidera la banda banda Barón y sus nenas) que de la actuación.
Viernes, 12 de febrero de 2016