El equipo de Ramón Díaz, último en la tabla, cayó de local por 3 a 1 ante Argentinos Juniors. Nicolás Batista, Fabián Bordagaray y Pablo Bárzola marcaron para el elenco de La Paternal, y descontó Roberto Battión para los de Avellaneda.
El equipo de Ramón Díaz no encuentra el rumbo. Independiente volvió a perder y el riojano quedó en la cuerda floja. Con 4 partidos jugados y 4 perdidos, igualando la racha más larga de la historia sin convertir en el inicio de un torneo, lo del equipo de Avellaneda ya es decididamente malo.
Esta vez cayó de local 3 a 1 frente a Argentinos Juniors, que tan sólo tenía 1 punto en el campeonato y todavía no había marcado goles. Los hinchas de Independiente se fueron con mucha bronca y pidieron que se vayan todos además de insultar a todos los jugadores menos a Tuzzio, que fue el único que se salvó.
El primer gol fue de Batista, el hijo del “Checho”, el ex DT de la selección, a los 8 minutos del primer tiempo, de cabeza, en el primer avance del equipo de La Paternal, madrugando a los defensores del rojo en un córner.
A partir de allí, hasta los 27 minutos, momento en que se cortó la luz, sólo fueron intentos impotentes de Independiente, que no mostró variantes a la hora de atacar y se repitió en centro y pelotazos al “Tecla” Farías. La apuesta por los juveniles de Ramón no dio resultados.
Una vez que arreglaron los desperfectos técnicos en las torres de iluminación, a los 13 de descuento (dieron 18 tras la prolongada interrupción) Bordagaray le dio la segunda puñalada al rojo. Un remate manso desde 30 metros que iba al medio del arco se le escapó de las manos a Hilario Navarro y se transformó en el 2 a 0. Si hasta uno de los mejores jugadores falla…
En el segundo tiempo Ramón tiró toda la carne al asador. Puso a Defederico y a Parra. Con la gente impaciente insultando a los jugadores, los nervios se apoderaron de Independiente que fue una sombra.
Para colmo, a los 17 minutos del segundo tiempo, Barzola clavó un terrible zapatazo de afuera del área para poner el 3 a 0.
A los 18, Battión descontó con una linda volea de zurda tras centro de Milito, que sólo sirvió para romper la racha de 333 minutos sin convertir (igual a la del 2003).
Enmarañado en pelotazos y centros sin destinatario, y errando pases cortos, lo de Independiente fue muy pobre en su búsqueda del empate. En cada contra Argentinos dejaba al descubierto las falencias del equipo de Avellaneda y la ventaja pudo ser mayor.
Con este mal presente, está en duda la continuidad de Ramón Díaz. Para colmo, el fixture no ayuda. La próxima visita a Boca, y luego recibe a Belgrano, otro de los animadores del torneo.
¿Podrá revertir esto Ramón y su optimismo? La gente del rojo ya se expresó: “Que se vayan todos… que no quede, uno solo”.
Lunes, 5 de marzo de 2012