El 10 de noviembre pasado un temporal arrasó con la escuela, la capilla y el club Sportivo Boquerón. Desde entonces, el establecimiento permanece cerrado. Aguardan algún anuncio oficial de reconstrucción antes de comenzar el año lectivo.
Un tornado se abatió sobre los parajes Boquerón, Timbocito, Naranjito, Paso Pucheta y Capita Miní el pasado 10 de noviembre, causando graves perjuicios materiales. Pero, el mayor impacto lo sintió paraje Boquerón, donde hubieron voladura de techos en viviendas, y también en casi todos los establecimientos que hacen a la vida civica y social de la comunidad.
Completamente destruido quedó el club Sportivo Boquerón, centro principal de la vida comunitaria, al igual que la capilla. Y las aberturas, el techo y cielo raso de la escuela de la localidad se desplomaron. Galerías y salones quedaron bajo escombros en algunas partes, siendo uno de los estragos principales de la tormenta.
Pocos días después, toda la comunidad se movilizó para retirar los escombros, y no demoraron en comenzar a organizarse para recaudar fondos que permitieran reconstruir los daños. Así, la capilla fue lo primero en restaurarse.
Sin embargo, el club, que quedó totalmente destruido, permanece todavía en escombros. Y la escuela 579, que funciona como primaria en el turno mañana y como secundaria por la tarde, se encuentra desde entonces cerrada con candados.
“La iglesia juntó donaciones y se reconstruyó la capilla, en la que se volvió a techar el edificio. El polideportivo quedó tal cual como el día después de la tormenta, y la escuela sigue cerrada, por el riesgo que implica ingresar. Porque fueron cayendo más partes del cielo raso”, relató a época Gerardo Cabral, un miembro del Rotary Club de Mercedes, y además docente de la institución del Boquerón.
Desde el momento de la tormenta, la comunidad organizó actividades sociales para recaudar fondos. Rifas, bailes y comidas, les permitieron reunir a la cooperadora unos 30 mil pesos. Iniciativas solidarias de colecta impulsadas por los jóvenes del Rotaract de Mercedes, reunieron por su parte unos 10 mil pesos más. “Un concesionario de motos de la ciudad nos ofreció un rodado para rifar. La gente de la comunidad en seguida compró los bonos de las rifas, y finalmente el premio no salió sorteado, así que todo lo que se recaudó será donado”, precisó por su parte Yesica Escalante, una de las jóvenes rotarias impulsoras de la iniciativa. “Estamos esperando saber qué materiales hacen falta, para poder comprarlos y llevar las donaciones”, explicó la joven.
Sin embargo, a pesar del impulso por reconstruir los daños, prevalece la incertidumbre. “Existe un rumor de que se podría construir una escuela nueva. Pero no hay ningún anuncio oficial”, indicó Cabral, por lo tanto, “se analiza comenzar las clases en la parroquia que se reparó, o dividir los alumnos y dar clases en el comedor”, sostuvo.
Son muchos los chicos que asisten a esa escuela, la única en varios kilómetros a la redonda. “Por la tarde, sólo la escuela secundaria tiene 100 alumnos, de todos los parajes cercanos”, relató el docente. Por ahora, la construcción de un nuevo edificio, es sólo un rumor. Y la comunidad se pregunta cómo será este año, el inicio de las clases sin edificio.
Martes, 28 de enero de 2014