En la isla Lobo, cerca de la isla Apipé Grande, tres bandidos carnearon a un vacuno y se disponían a hacer lo mismo con otros animales. Pero la Policía los sorprendió y los malvivientes cubrieron su huida con disparos contra los efectivos, quienes resultaron ilesos.
Tres cuatreros que operaban en una de las islas situadas frente a la localidad correntina de Ituzaingó debieron abandonar tres toros y una vaca que se aprestaban a faenar cuando se vieron sorprendidos por la Policía. Para huir, los malvivientes cubrieron su escape disparando contra los efectivos, quienes por fortuna no resultaron lesionados.
De acuerdo a la información obtenida por diario época, todo se inició días atrás cerca de las 14:30 cuando en la comisaría de Isla Apipé se recibió un llamado telefónico.
En la comunicación anónima de informó respecto a la faena clandestina de animales vacunos en la isla Lobo, motivando así el rápido despliegue de los agentes de la Fuerza de seguridad.
En una comisión fluvial y otra terrestre acudieron al citado lugar. La primera partió desde el puerto local en tanto que la otra desde la base de comisaría hasta el acceso al paraje Monte Grande y desde allí a pie hasta el lugar de referencia, carrizales y esteros de por medio.
Tras una hora de transitar por aguas del río Paraná hacia el Oeste del puerto, los funcionarios policiales llegaron hasta la isla Lobo donde debieron ingresar por un riacho que desemboca en un puerto escondido entre arbustos.
Ni bien llegaron vieron “a un hombre faenando un animal vacuno a unos diez metros aproximadamente de la costa, quien inmediatamente se da a la fuga internándose en la espesura del monte”, indicaron los voceros a este medio.
Allí salieron en persecución del maleante mientras que dos efectivos tomaron por un camino entre los carrizales donde sorprendieron a otro hombre quien, montado en un caballo, “traía con una soga una vaca de pelaje negro”.
Al darle la voz de alto a este último sospechoso desde atrás se hizo presente otro sujeto “quien andaba a pie y apuntó con un arma de fuego larga a los uniformados que debieron arrojarse al piso”, precisaron.
En ese momento el maleante efectuó dos detonaciones para luego, con su cómplice, correr hacia la zona de carrizales. Pese a una persecución fue imposible alcanzarlos.
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Hallazgo
Con mayor tranquilidad los agentes recorrieron el lugar y encontraron, a un costado del animal que estaba siendo faenado, un toro aún vivo de pelaje barcino, maneado de las patas.
En tanto, más adentro del campo y debajo de una planta de ingá, se halló un toro de pelaje pampa colorado que estaba atado del cuello. Justamente este animal se asustó y salió a correr.
Asimismo había otro toro pelaje negro atado de la nariz por un árbol y una vaca colorada pampa atada del asta por una rama la que, al parecer, tenía lastimaduras porque no se podía levantar. Por si fuera poco había un cuero de vacuno recientemente faenado, “quedando en el lugar las visceras”, graficaron.
Cuando arribó el grupo de policías que se dirigió a pie al lugar se recorrió la zona sin hallar más animales y procediendo a desatar los vacunos que se hallaban con vida y a secuestrar la totalidad de los elementos que se hallaban allí. Entre ellos había un arma blanca y los casquillos detonados del arma de fuego utilizada por los bandidos
Tras las averiguaciones se constató que los animales “serían propiedad de un ciudadano de nombre Alejandro, productor ganadero de esa localidad y a quien vía telefónica se le comunicó al respecto y éste manifestó que esos toros los había adquirido de una cabaña”, explicaron a este medio.
En la comisaría de isla Apipé Grande se iniciaron, de oficio, las actuaciones del caso por “supuesto atentado y resistencia contra la autoridad” con intervención de las autoridades judiciales locales en turno.
Viernes, 24 de enero de 2014