El jueves por la noche volvió la calma a la Capital correntina, ya que cesó el alerta por amenaza de saqueos o robos, aunque la Policía permaneció en guardia ante cualquier eventualidad.



El lunes por la noche, bandas armadas de delincuentes habían atacado autoservicios y negocios de la periferia, tal el caso de un emprendimiento familiar del barrio Juan XXIII, donde destruyeron puertas y se llevaron cuanto elemento hallaron a su paso.
También en el barrio La Vizcacha sucedió algo similar con un comercio ubicado por calle Ñaembé. Fue la antesala de lo que se vivió entre la noche del martes y madrugada del miércoles, cuando arrasaron con dos tiendas de ropas, una en Cazadores y Tacuarí y otra en Centenario y Sánchez de Bustamante, así como en una mueblería de avenida Ferré y Vélez Sarsfield. Datos oficiales de la Policía confirmaron que debieron intervenir en esa jornada en al menos seis llamados por hechos que se habían suscitado en puntos diferentes de la ciudad. La noche del miércoles trataron de atacar los mercados de El Piso, Virgen de Itatí y el de Productos Frescos.
Al fin, anteanoche volvió la calma y el clima se había distendido en las últimas horas.

Sábado, 14 de diciembre de 2013