Ayer por la siesta, época fue testigo de un arrebato en pleno barrio San Benito. La víctima era una mujer de 60 años de edad que caminaba sola en la calle Blas Benjamín de la Vega.
Operan con total impunidad y con el escudo protector de saber que son menores de edad. Los “motochorros” se multiplican en esta capital y las presas son generalmente mujeres de distintas edades. Ayer pasadas las 16:30, un equipo periodístico de época fue testigo de un arrebato en pleno barrio San Benito. La víctima era una mujer de alrededor de 60 años que caminaba sola en este punto geográfico de la ciudad.
Una anciana, que caminaba por la calle Blas Benjamín De la Vega al 1800, fue sorprendida por un par de jóvenes delincuentes. Los malhechores, al ver que la indefensa mujer tenía una cartera entre sus brazos, se acercaron hasta el cordón de la vereda y le robaron.
La mujer no pudo reaccionar y quedó sorprendida por la velocidad en la que actuaron los “motochorros”.
Un integrante del equipo periodístico y el reportero gráfico de este medio, al observar el hecho, registró el momento en que los delincuentes se escapaban.
Si bien, al cierre de esta edición la mujer no realizó la denuncia formal se pudo observar que los ocupantes del rodado eran menores de edad, que la indumentaria utilizada -shorts, remera y chomba-sirven para un mejor desplazamiento en el caso de que tengan que escapar de las autoridades policiales o algún vecino o peatón justiciero.
En este caso, los precoces ladrones circulaban en una moto de 110 cc y, tras atacar a la anciana y lograr su cometido, escaparon por calle General Paz para luego ir a la zona del barrio Arazaty.
La mujer quedó en estado de shock y ni siquiera solicitó ayuda para recuperar sus pertenencias.
La siesta es uno de los horarios de mayor hecho de estas características. Los motochorros aprovechan la poca circulación de vehículos y de personas para atacar a sus presas que generalmente son mujeres o menores.
Muchos de estos menores cuentan con asesoramiento legal y al ser menores operan con total impunidad y muchas veces con saña.
Martes, 29 de octubre de 2013