Fueron 55 los atletas que representaron al país. Lograron un récord por la cantidad de premios. Ahora esperan los próximos juegos que se realizará en Mar del Plata en 2015.
La delegación de argentinos que participó hasta el domingo de los XIX Juegos Mundiales para Deportistas Trasplantados –que se realizó en Sudáfrica–, obtuvo el récord histórico nacional de 66 medallas y ahora espera la próxima competencia que se desarrollará en Mar del Plata en 2015.
Entre los 55 atletas que participaron, hay historias increíbles, como la de los jóvenes gemelos sanjuaninos Federico y Emanuel Torres, cada uno de los cuales lleva consigo el riñón de uno de sus padres.
“Nuestro caso es único en la Argentina porque es la primera vez que los dos padres le donan a sus dos hijos gemelos y la tercera pareja de gemelos que participa de un mundial”, contó Federico, de 25 años.
Afectados por el Síndrome Urémico Hemolítico al año y medio de vida, los hermanos siempre amaron el deporte y en 2004 llegaron a jugar en fútbol de primera división.
Pero cuando la enfermedad empeoró, la diálisis se tornó inevitable y el trasplante la única solución, los hermanos tuvieron que despedirse de la pelota.
Casi 10 años después, y habiendo pasado exitosamente por un trasplante, ambos volvieron a practicar deportes, aunque tuvieron que optar por el atletismo.
Recién llegados de Durbán, Sudáfrica, donde tuvieron la oportunidad de participar por primera vez de un mundial, están exultantes por la experiencia vivida a pesar de no haber conseguido ninguna medalla.
“Lo que pasa es que nuestra categoría, de 20 a 29 años, es muy competitiva”, aseguraron.
En esta oportunidad sus padres no pudieron acompañarlos, pero los chicos todo el tiempo refieren lo orgulloso que están de ellos.
La edad, un detalle
Alberto Domínguez tiene hoy un motivo extra para festejar, pues el agasajo en el Ministerio de Salud de la Nación coincidió con su cumpleaños número 64, que esta vez lo encuentra con una medalla de oro colgada al cuello, por haber salido primero en 400 metros en su categoría.
“Yo siempre tengo presente al donante y quisiera tener una comunicación con su familia para darles una de estas medallas y así sepan dónde fue a parar el hígado de ese ser querido, que sepan que está bien utilizado”, dijo este hombre de Don Torcuato que fue trasplantado hace 16 años.
A Patricia Woudwijh, de Cipolletti, Río Negro, que obtuvo 4 medallas –tres de plata y una de bronce en natación y atletismo–, los médicos le habían dado 3 años de vida cuando tenía solo 18.
Tres décadas después y habiendo sobrevivido a mil batallas, lleva por fin una vida normal tras el trasplante hepático que le practicaron hace 13 años en el Hospital Argerich.
“Mi donante tiene nombre, le puse Matías. No lo conozco, pero yo le hablo. Cuando hago aguas abiertas, que hago los cruces de los lagos en la Patagonia, yo creo que está conmigo y que me ayuda a llegar. Muchos amigos se me han quedado en el camino en los 6 meses que esperé el trasplante y cuando voy nadando todos ellos me acompañan”, aseguró.
Miércoles, 7 de agosto de 2013