Es el único servicio de cirugía infantil en toda la provincia. Reciben, además, neonatos de las maternidades de los hospitales Vidal y Llano.
Debían contar con siete quirófanos y sólo funcionan tres. Incluso llegaron a tener uno solo en condiciones. Cómo trabajan sus integrantes en esta nota.
Autor: Guillermo S. Pereira Poizón - diarioepoca.com Hacer medicina en el sector público, sabido es, supone un esfuerzo mayúsculo para quien se lo proponga en cualquier especialidad. Sin embargo, en el caso del servicio de Cirugía del Juan Pablo II sería más adecuado hablar de una “tarea de supervivencia”.
Catorce años atrás este equipo de cirujanos, procedentes del viejo Hospital de Niños “Eloísa Torrent de Vidal”, llegó al establecimiento de la Avenida Artigas entusiasmado con la promesa de siete quirófanos, un gran salto respecto de las dos salas de operaciones con las que contaban en el edificio que hoy alberga a la Maternidad del Hospital Vidal. Nada de eso sucedió. En esta casi década y media, nunca funcionaron más de cuatro. Peor: hace un año llegaron a contar con sólo un quirófano en condiciones de ser usado y se vieron obligados a suspender las cirugías programadas.
Pese a todas esas dificultades, en el área de Cirugía del Hospital Pediátrico se realiza hoy -en promedio- de 200 a 250 por mes, se forman en su residencia a cirujanos pediátricos -que muchas veces no puede retener-, y el servicio es una referencia obligada en la materia en todo el NEA (y también en el vecino Paraguay, país del que varios llegan para atenderse en este hospital) por la complejidad de sus procedimientos.
“Desde hace tres meses contamos con tres quirófanos, nunca funcionaron los siete planificados, e incluso, por falta de mantenimiento, llegamos a trabajar durante un año con sólo uno, operando nada más que urgencias“, explica en diálogo con diarioepoca.com la jefa del servicio, la doctora Susana Henaín. “Pese a las dificultades hemos mantenido un estándar alto. Salvo trasplantes, realizamos cirugías de todas las especialidades.”
Sus números así lo demuestran: en sus quirófanos convergen varias especialidades. Urología, Endoscopía, Neurocirugía y Traumatología, son algunas de ellas.
Allí también se operan chicos con fisura labio alveolo palatina o labio leporino, una malformación de nacimiento muy frecuente (constituye el 15% de las malformaciones congénitas) que consiste en una hendidura o separación en el labio superior que se acompaña, por lo general, del paladar hendido.
“Actualmente hay unos 600 pacientes en alguna de las etapas del tratamiento para este problema, es decir, que están siendo evaluados en consultorio o preparados para su entrada a quirófano, o incluso en rehabilitación, la instancia que le sigue a la cirugía”, continúa Henaín que, en esa línea, destaca la “actuación en el proceso de un equipo interdisciplinario que no sólo incluye al cirujano, sino también a odontólogos, otorrinolaringólogos y profesionales de Salud Mental”.
No le van en zaga las cirugías neonatales. En el Juan Pablo II se corrigen atresias (malformaciones) en pacientes recién nacidos que son derivados de las maternidades del Llano y del Vidal.
La cirujana se detiene especialmente en este punto: “Las atresias más comunes son la de esófago y la anal. Son trastornos también congénitos caracterizados, en el primer caso, por una falta de continuidad en el trayecto del esófago, y, en el segundo, por la falta de conexión del recto con el ano.” Y continúa: “Estas intervenciones son vitales en niños recién nacidos y no se realizan en ninguna de las dos maternidades así que los traen aquí. En lo que va de 2012 realizamos 50 procedimientos de este tipo”.
Durante 2012 comenzó a realizarse en sus quirófanos otro procedimiento de punta: fueron colocados los primeros tres implantes cocleares en el marco del programa de Detección Temprana de la Hipoacusia.
Más frecuentes para este experimentado grupo de profesionales son las cirugías laparoscópicas y videolaparoscópicas, técnicas mínimamente invasivas cuya realización los pone a la vanguardia de la región y a nivel país.
“De esos procedimientos hemos realizados más de 320 en lo que va del año, mayormente en la zona del tórax y del abdomen. Tenemos un promedio de una por día”, grafica la doctora Henaín. “La mayor ventaja de esta técnica es que el paciente puede volver prontamente a sus actividades habituales”.
LA PROBLEMÁTICA DE LOS ACCIDENTES DE TRÁNSITO
Como sucede con el Escuela, que se transformó en este último año virtualmente en un “hospital de trauma” por la gran cantidad de siniestros viales registrados en la provincia, también el Pediátrico se vio alterado en su funcionalidad por el crecimiento exponencial de ingresos por esa causa.
“Han aumentado muchos las cirugías traumatológicas de urgencia, estamos hablando de cuatro veces más que las programadas de la especialidad”, grafica Henaín.
En efecto, de acuerdo a las estadísticas del servicio, la de Traumatología es, después de Cirugía General, la especialidad con más procedimientos realizados: 690 hasta septiembre inclusive, o dicho de otra forma, más de dos diarias.
La cifra supone un aumento del 17% respecto del total realizado para esa altura en 2011, cuando se llevaban contabilizadas 597 operaciones, y en un 22% más que igual mes en 2010, donde el número era de 567.
FORMACIÓN Y CAPACITACIÓN
Por la cada vez mayor demanda que el servicio enfrentó desde su puesta en funcionamiento, la doctora Henaín decidió impulsar la creación de una residencia en cirugía pediátrica a la que, desde 2003, ingresan dos residentes cada cuatro años, el tiempo que dura el programa de formación.
“El servicio cuenta actualmente con cinco cirujanos de planta y dos contratados. Somos más que cuando arrancamos, y eso gracias a que pudimos absorber a algunos de los egresados de la residencia. Tres de los cuatro cirujanos pediátricos que hemos formado, quedaron en el equipo”, afirma Henaín.
EL BALANCE
Hubo en este último tiempo inversión de parte del Estado y se repusieron equipos que por el uso a lo largo de este quinquenio, habían quedado fuera de servicio. Con ellos hoy Cirugía dispone de tres para cubrir la demanda de toda la región que recae sobre el hospital por su condición de único de pediatría en toda la provincia.
“Hacemos muchas cosas buenas, pero siempre que aparecemos en los medios es por mala atención, por un presunto caso de mala praxis o por los casos de abuso o violación que recibimos”, resume la doctora Henaín en el final. “Eso es parte del trabajo, pero somos más que eso y queremos que se sepa”.
Es bueno que así sea.
Lunes, 17 de diciembre de 2012