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MUÑECA BRAVA
"Quiero ser una madre presente"
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Domingo, 25 de noviembre de 2012

Natalia Oreiro regresa a la televisión argentina después de varios años dedicada al cine y a su reciente maternidad. "Trato de arreglarme para acompañar mis proyectos sin perderme la posibilidad de estar con mi hijo", contó la actriz a la revista Ahora, del diario Crónica.


Con tan solo 16 años, Natalia Oreiro ponía un pie en nuestro país con una valija cargada de sueños proveniente del otro lado del charco, como se dice en el barrio. Su primera participación fuerte en televisión llegó con la recordada “90‑60‑90 Modelos”.

A partir de entonces comenzó una vertiginosa carrera y, de a poco, fue escalando en el medio para dejar de ser una promesa y convertirse en una realidad. Brilló en casi todas las ficciones exitosas de la tele hasta llegar al cine, donde también supo deslumbrar.

Como si fuera poco, a fines de los 90 y cuando el país estallaba, ella comenzaba con su otra pasión, el canto. Su segunda placa “Tu veneno”, vendió más de tres millones de discos.

En el medio de su carrera en creciente ascenso, llegó el amor cuando conoció a Ricardo Mollo, allá por el 2001, con quien hasta hoy continúa en pareja y disfrutando del pequeño Merlín Atahualpa.

‑¿Cómo llevás esto de ser madre y, a su vez, tener tanto trabajo?

‑Estoy tratando de arreglarme para poder acompañar mis proyectos sin perderme la posibilidad de estar con mi hijo. La verdad es que quiero ser una madre presente. Hago lo que puedo, como todas las mamás.

‑¿Te costó aceptar la propuesta de “Lynch”?

‑Cuando me propusieron el proyecto yo estaba un poco complicada con los tiempos pero, cuando leí el guión, la verdad es que enamoré a primera vista. Era algo súper novedoso para mí: tratar el tema de la muerte, que en nuestra cultura latinoamericana es un asunto tan complicado de abordar, sobre todo cuando es de un ser querido. Los autores lo explicaban de una manera tan particular… Además desde mi personaje de villana de la serie me resultaba muy tentador, por eso hice todo lo posible para participar, y aquí estoy (risas).

‑¿Qué cambios hiciste como actriz desde aquel primer largometraje “Un argentino en Nueva York” hasta “Infancia clandestina”?

‑Creo que durante todos estos años viví un trabajo de transición, de caminar. Soy una mujer que vive en constante cambio, tanto en lo profesional como en lo personal. Desde que hice “Un argentino en Nueva York”, cuando era muy chiquita, hasta estos días, traté de dar un salto de calidad en mi carrera, perfeccionándome lo máximo posible. En esta última película intenté evolucionar lo más que pude.

‑Entre la ficción y la maternidad se te viene un año más que intenso...

‑¡Uf! Este fue algo terrible, así que imaginate cómo vendrá el 2013. La verdad es que, gracias a Dios, no paré de trabajar. Igual no me quejo, ¿eh?, porque yo me lo busqué.

‑¿Cómo está la relación con tu pareja?

‑Excelente, nunca cambió.

‑Porque después del parto circularon versiones de una supuesta crisis.

‑Mirá, lo que se diga o se deje de decir sobre mi relación corre por cuenta de la prensa. Siempre tuve en claro mis sentimientos y, si no hablé al respecto, es porque estoy con mucho trabajo, sumado al cuidado de un bebé recién nacido, lo cual no es nada fácil.

‑Otro tema del que se habló mucho fue del nombre de tu hijo.

‑Ni me digas… (risas).

‑¿Quién lo eligió?

‑El nombre Merlín Atahualpa lo eligió Ricardo y a mí no me disgustó, así que le dimos para adelante con ese tema. Yo quería tener un varón. ‑Hace un tiempo se armó una polém i c a cuando d i j i s t e que preferías que tu hijo fuera músico en lugar de actor. ¿Seguís pensando lo mismo? ‑Obvio, preferiría que fuera músico a que fuese actor. Es otro mambo. Los músicos son más relajados. Además en casa estamos llenos de instrumentos, tenemos un estudio. Ya estoy pensando en su futura novia (risas), pero la verdad es que sí, los músicos son mucho más tranquilos.

‑Volvamos a tu último trabajo. ¿Qué balance hacés de la primera temporada de “Lynch”?

‑La verdad es que ha sido excelente y estoy muy contenta por la repercusión que tuvo en los espectadores. Por mi parte siempre tuve mucha ansiedad por ver cómo el público de habla hispana se adaptaba a una serie que puede llegar a tener diferentes dialectos, y eso evidentemente fue un éxito.

‑Ahora están grabando una nueva temporada, ¿no?

‑Así es y, como te decía antes, por ese éxito que tuvimos en el mercado hispano, estamos haciendo nuevos capítulos. El resultado fue de muchísima calidad porque se filmó como una película.

‑¿Cómo ves al público argentino en relación a las series?

‑Estoy muy contenta de que en Argentina se esté transmitiendo este tipo de series porque quiere decir que nos estamos abriendo a un mercado de una calidad suprema. Que ellos hayan elegido este país también es un premio doble porque significa que estamos haciendo las cosas bien. Hay algo que muchos no saben: Argentina es uno de los países donde hay más aceptación de series en el mundo, algo realmente muy bueno para nosotros.

‑¿Creés que acá hay otro tipo de visión sobre lo que se ofrece en la pantalla?

‑Creo que la gente hoy quiere ver algo distinto. Me parece que el argentino tiene una mente muy abierta y por eso busca tanto el tema de las series y otro tipo de novelas que salgan de la rutina. Quizás en otros países es todo mucho más estructurado y se sigue haciendo la misma novela que hace treinta años.

‑¿Qué tiene que tener un proyecto para que lo aceptes?

‑Siempre que acepto un proyecto es porque me va a sumar desde lo profesional. Me encanta estar en movimiento y hacer distintas cosas para que no encasillarme. Gracias a Dios, tengo muchos años de carrera donde hice de todo y ojalá siga teniendo este ritmo de trabajo. Siempre trato de elegir mis proyectos para que después no haya quejas de mi parte cuando las cosas no vienen bien. Además mi vida personal cambió tanto que si debo elegir algún trabajo nuevo tengo que estar convencida de que para mí va a ser algo muy importante.

‑¿Y te gusta variar los personajes?

‑Claro, no me gusta repetir el estilo de los personajes que interpreto. Creo que eso pasa porque me encanta estar en movimiento y en cambio constante. En el caso de “Lynch”, estoy feliz porque es la primera vez que hago una serie internacional, porque todo lo que se conocía de mí como actriz estaba totalmente relacionado con las novelas argentinas. Lo que tengo en cuenta a la hora de elegir un papel es no traicionarme y lo que más disfruto es poder ser otra durante un rato.

‑¿Qué sentiste al trabajar con Raúl Taibo luego del recordado “90‑60‑90 Modelos”?

‑La verdad, es un honor volver a estar con él, porque es un actor terrible y que te ayuda siempre, incluso ahora que ya pasó mucha agua bajo el puente (risas). Sigue siendo el gran actor y consejero de siempre.

‑Vayamos al cine. ¿Qué significó en tu carrera “Infancia clandestina”?

‑Estoy muy contenta. Es una gran película que ya se presentó en el Festival de Cannes con muy buena crítica y aceptación del público. La verdad es que es un filme conmovedor y con una temática más que fuerte, donde se habla de los sentimientos, de los ideales, de la lucha, de la militancia, de creer en los sueños.


Domingo, 25 de noviembre de 2012

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