La comisión arquidiocesana de Justicia y Paz llamó al Gobierno de la Provincia y al Municipio a acercar posiciones, reunirse y dialogar por la problemática habitacional.
La comisión arquidiocesana de Justicia y Paz llamó al Gobierno de la Provincia y al Municipio a acercar posiciones, reunirse y dialogar por la problemática habitacional. A casi un mes del inicio del asentamiento del Pirayuí, desde la Iglesia señalan la necesidad de abandonar cuestiones personales propias en pro del bien común.
Apoco de cumplirse un mes del surgimiento del asentamiento más grande de Corrientes, la comisión arquidiocesana de Justicia y Paz difundió ayer un mensaje donde pide que el Estado provincial y municipal haga a un lado las diferencias y busque la forma de dar una respuesta a las cientos de familias que permanecen en la zona del Pirayuí.
Esta comisión arquidiocesana es un organismo instituido por el Arzobispado de Corrientes, con el objetivo de estudiar e investigar los problemas relativos a la justicia y a la paz, con vistas a promover en la sociedad el pleno conocimiento de las mismas y la conciencia de sus derechos y deberes para la promoción humana integral y el desarrollo sostenible, tal como lo concibe la Doctrina Social de la Iglesia.
También tienen como misión contribuir a la promoción de políticas públicas, convocando al diálogo, y es en virtud a esta característica que resolvieron expedirse sobre la problemática de los okupas del Pirayuí.
A través de un comunicado, esta comisión señala que “cerca de cumplirse el mes en que un número importante de familias ocuparon ilegalmente predios enclavados en la zona del barrio Pirayuí, reclamando la posibilidad de acceso a una vivienda digna (derecho garantizado por nuestra Constitución Nacional), asombra que autoridades provinciales y municipales aún no han alcanzado a dar respuesta efectiva a tan acuciante situación”.
En relación a la ocupación, dicen que “no es sino el emergente de una realidad social que reclama una justicia largamente esperada”, además de remarcar que “a este estado de cosas no se llegó en forma imprevista y repentina (aun cuando para muchos haya resultado sorpresivo), pues una multiplicidad de procesos venían gestándolo”.
Postulan además que la causa principal de la actual situación es la enorme desigualdad social que no deja de crecer, aun habiendo mejorado los índices de pobreza e indigencia. “Y la pobreza extrema provoca situaciones extremas y suscita también necesidades extremas, que muchos buscan atenuar con diversas maneras de integración urbana y de reclamo social”, sostienen desde la comisión. En definitiva, exponen que “más allá de los encuadres jurídicos y de los diagnósticos, urge hallar respuestas no sólo para hoy sino con proyección al futuro”.
Diálogo
En otro tramo del mensaje, la comisión aclara que “no pretendemos desconocer el orden instituido ni el funcionamiento saludable de las instituciones democráticas y mucho menos alentar acciones que las vulneren. Simplemente reconocemos una situación de hecho que debe ser considerada en todo su contexto y compartimos con nuestros conciudadanos y con nuestros hermanos en la fe estas consideraciones, atentos, sobre todo, a aquello que nos pedía Juan Pablo II: ‘Tiendan puentes, no levanten muros’”.
En el mismo sentido, realizan varios interrogantes, “ante este triste aniversario de ocupación de tierras, de frío extremo y de necesidades acuciantes vividas por mujeres y varones, niños y ancianos, de desamparo y de controversias, ¿no será hora ya de que los poderes municipal y provincial acerquen posiciones? ¿De que se reúnan de la manera que consideren más eficiente, quizás conjuntamente con algunas organizaciones de la sociedad civil y con los propios ciudadanos que ocuparon el predio? ¿De que dialoguen sobre esta realidad y piensen y acuerden caminos de gestión conjunta para hallar respuestas no sólo coyunturales sino también a futuro?”.
Esta comisión de Justicia y Paz considera que “el diálogo es la primera salida”, dado que significa una búsqueda en común y de lo común, de lo que es verdadero, bueno y justo para la sociedad, para el bien común, más allá de los grupos o facciones y sus diferencias, para construir en base a los acuerdos.
Bien común
La comisión pide diálogo entre Provincia y Municipio para favorecer el bien común. “Implica compartir la corresponsabilidad en el proceso, a pesar de las oposiciones y conflictos, para estudiar en forma colaborativa alternativas y propuestas que prudencialmente puedan articular los justos intereses de las partes con las exigencias del bien común”.
Exhortan por una “cuota de grandeza” que permita, con lucidez, creatividad y humildad, “abandonar cuestiones propias pero accidentales, en pro de otras, que aunque menos ligadas a lo propio, posean mayor peso para el bien común”.
Por todo eso, la comisión solicitó a los mandatarios de todos los niveles que “tiendan puentes”, dialoguen entre sí y juntos “gestionen ante el poder nacional todo aquello que crean que, en justicia, Corrientes necesita para facilitar en particular a sus ciudadanos más vulnerables, una vivienda digna”, concluyó el mensaje.
Lunes, 6 de agosto de 2012