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CONFLICTO EN MEDIO ORIENTE
Continúa el caos en Siria
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Jueves, 26 de julio de 2012

Parado sobre la Meseta del Golán, suficientemente cerca de la frontera siria para oír lo que llamó “el sordo estallido de proyectiles” disparados al otro lado, el ministro de la Defensa de Israel, Ehud Barak, observó este jueves que el férreo control del Presidente Bashar Assad sobre el poder se estaba aflojando.
“La desintegración no es abstracta; es real”, dijo Barak tras un recorrido y recibir un informe del comandante local. “Se está acercando”.
La transferencia en Siria, si bien es bienvenida, presenta una serie de problemas que se intensifican para Israel, su vecino al sur. A los dirigentes de Israel les está preocupando cada vez más que las reservas de armamento químico de Siria caigan en las manos de grupos incontrolables igualmente opuestos a Israel; la perspectiva de multitudes de refugiados apareciendo en la frontera; y que el Golán mismo “se convierta en un área de ilegalidad donde también pudieran operar elementos terroristas”, en las palabras de Barak. Existe preocupación con respecto a que el colapso del gobierno sirio pudiera conducir a una guerra civil en Líbano.
Más allá de eso, la escalada en Siria, con las muertes de varios miembros del círculo interno de Assad, produciéndose horas antes de un ataque suicida en contra de un autobús israelí de turismo en Bulgaria, solo puso de relieve cómo las insurrecciones árabes de los últimos 18 meses han puesto de cabeza las evaluaciones estratégicas de Israel sobre una región a la que ha considerado hostil tradicionalmente, pero estable.



Ya sin preocuparse por los palestinos, Israel ahora ha enfrentado una serie de complejos cálculos. ¿Debería atacar las instalaciones de almacenamiento de armas químicas de Siria, como lo hizo con un reactor nuclear de Siria en 2007, o fortalecería eso la influencia de Assad uniendo a los árabes? ¿Debería actuar solo en contra del programa nuclear de Irán al que ve como una amenaza a su existencia, o permitir que Estados Unidos siga progresando dificultosamente con diplomacia y sanciones? ¿Debería actuar con mayor agresividad en contra del grupo militar Hizbulá en el vecino Líbano? ¿Cómo debería navegar el cambiante panorama en Egipto, donde el nuevo presidente viene de la Hermandad Musulmana?
“Lo que hay en Siria es que Oriente Medio se está viniendo abajo; una nueva forma de caos está reemplazando lo que ha existido”, dijo Dore Gold, quien ha sido diplomático por largo tiempo y ahora dirige el Centro Jerusalén de Asuntos Públicos. “Los aspectos fundamentales con los que se trabaja en la región están cambiando; no solo puedes regresar a las viejas discusiones que pudieras haber tenido”.
Después, Gold agregó: “El caos nunca es una oportunidad”.
Por el momento, bien pudiera ser que el tema que se materializa como el mayor sea el arsenal sirio de armas químicas y bacteriológicas. A lo largo de 40 años, Siria ha amasado una reserva, arguyen oficiales estadounidenses, de gas mostaza, sarín y cianuro. En días recientes, oficiales de los servicios de inteligencia estadounidense e israelí han dicho que Assad ha estado mudando una parte de estas armas fuera de zonas de almacenamiento, al parecer para evitar que caigan en manos de los rebeles.
Eso ha elevado las inquietudes aquí en cuanto a que las armas podrían caer en manos de enemigos de Israel, incluidos radicales islamistas que han tomado las armas en la lucha en contra de Assad, o Hizbulá, que está cada vez más preocupado por la caída potencial de su patrocinador.
“Israel no se quedará ocioso”, dijo Danny Yatom, ex jefe de la dependencia de inteligencia del Mossad. “Si llegamos a tener información en el sentido que agentes químicos o bacteriológicos están por caer en las manos de Hizbulá, no escatimaremos esfuerzo alguno para detenerlo”.
Sin embargo, Shlomo Brom, prominente miembro investigador en el Instituto de Estudios de Seguridad Nacional en la Universidad de Tel Aviv, dijo que si bien la perspectiva de armas químicas en manos de grupos terroristas es aterradora, la amenaza quizá no sea tan funesta como parece. A fin de que las armas sean usadas, dijo Brom, se deben combinar dos sustancias de una cierta manera, y deben ser lanzadas a través de una aeronave.
“En muchos casos, las armas realmente no son útiles”, notó Brom. “Hace falta conocimiento, se necesitan sistemas, para usarlas”.
Siria bajo Assad ha mantenido con firmeza su enemistad con Israel. Ambos países no tienen relaciones formales y técnicamente están en guerra. Assad ha sido un provocador cuyo apoyo a Irán y Hizbulá es pernicioso a ojos de Jerusalén. Sin embargo, él es, como dijeron muchos en entrevistas del jueves, bien conocido, parte del viejo Oriente Medio que empezó a deshilvanarse el año pasado con la caída del Presidente Hosni Mubarak de Egipto. Con la expulsión de Mubarak, Israel ha tenido que contender con la creciente ilegalidad en el Sinaí e inquietudes sobre el destino del tratado de paz de ambas naciones. No hay forma de saber cuáles serían las ramificaciones si cayera Assad.
“Bashar mantuvo la frontera en calma, y ahora puede ser como en el caso del Sinaí, con caos y terror”, dijo Eyal Zisser, presidente del departamento de historia de Oriente Medio y África en la Universidad de Tel Aviv. “A la mayoría de los israelíes no les interesan las injusticias y las aspiraciones de sus vecinos de democracia, justicia y prosperidad. Les interesa su propia seguridad. Esa es la forma de ser del israelí promedio, y debido a ello, su gobierno”.
El Golán, meseta estratégica de aproximadamente 600 kilómetros cuadrados, alberga aproximadamente a 39,000 israelíes, y Barak advirtió casi al final de la semana que mientras más tiempo continuaran los combates en Siria, “más crece el riesgo de que el residuo sangriento dejado entre las partes” pudiera convertirlo “en un área de ilegalidad donde pudieran operar terroristas”.
De cualquier forma, varios funcionarios prominentes y analistas aquí dijeron que Israel difícilmente parecía que estaba en pie de guerra, usando las mismas palabras para describir su postura: “observando desde el exterior”. Aunque la amenaza del caos en Siria - o, para lo que es igual, de Irán con armas nucleares o un desesperado Hizbulá con armamento peligroso - pudiera parecer más aguda aquí, notaron, Israel sigue contando con la intervención internacional. También ha estado en estrecho contacto con Washington.
“No solo es un tema israelí: si Al Qaida o miembros radicales tomaran control de armamento no convencional, pudiera aparecer en cualquier parte del mundo”, dijo Ilan Mizrahi, ex director del Consejo de Seguridad Nacional de Israel, así como subjefe del Mossad. “Yo no creo que tengamos que ser el látigo de Dios”.
El bombazo en Bulgaria solo complica el interrogante sobre Siria.
“A los iraníes les encantaría ver a Israel aplicando represalias en contra de Hizbulá de manera limitada”, dijo Yoram Schweitzer, prominente integrante de investigación en el Instituto de Estudios de Seguridad Nacional. “Puede crear actos beligerantes que pudieran ayudarle a Siria. Los iraníes muestran gran interés en ayudarle a Assad a medida que su situación empeora cada vez más”.


Jueves, 26 de julio de 2012

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