El Millonario jugó uno de sus mejores partidos y se impuso por 1-0 sobre el líder del Torneo Nacional, que ahora sólo le lleva un punto de ventaja. El único gol lo hizo Trezeguet (ST 10m), luego de una combinación entre Cavenaghi y el Maestrico González. Chiarini, el arquero visitante, fue figura y Damiani (ST 20m) vio la roja. Muy flojo arbitraje de Maglio, que perjudicó al visitante.

Justo cuando más lo necesitaba, River despejó los nubarrones de su cielo y se regaló una victoria clave por 1-0 sobre Instituto en el Monumental. Con una actuación que combinó flashes de buen fútbol y actitud temperamental, el Millonario ganó uno de los partidos más importantes del semestre y quedó a un punto de su rival, que aún lidera el Torneo Nacional. Una prueba de fuego que el equipo de Almeyda superó con un rendimiento elogiable.

La nueva propuesta de Almeyda demoró 15 minutos en pulir los lógicos desacoples e Instituto arrancó mejor a partir de sus clásicos toques en velocidad. Pero River comenzó a torcer el rumbo a partir de un circuito que tuvo puntos altos. Cirigliano y Ponzio se adueñaron del medio con despliegue, el Maestrico alternó por derecha e izquierda, el Chori aportó pincelazos, Cavenaghi brilló en el rol de pivot-enganche y Trezeguet fue útil en cada descarga.

Movilidad, actitud y voracidad mostró el local para tomar las riendas y generar chances muy claras. Trezeguet exigió a Chiarini de cabeza los 11, tras un centro de González. A los 21, Cavenaghi la mandó por arriba del travesaño, tras recibir con soledad en el área. A los 24, el Torito conectó un centro del francoargentino con la rodilla y la pelota salió apenas afuera. Después cambiaron los roles y Trezeguet se lo perdió tras la asistencia del otro nueve.

Instituto sólo pudo salir del asedio riverplatense con una contra de Dybala que Vega resolvió con sobriedad. Pero los cordobeses rápidamente volvieron al rol de víctimas de un River voraz que justificó su dominio en base al desmarque y el enroque de posiciones. El Chori probó al arquero nuevamente a los 33, mientras que el mismo Chiarini se lució a los 34 al sacarle el gol a Cavenaghi tras cortar un centro filoso desde la derecha.

River mantuvo el nivel en el inicio del complemento y voló a partir de un trabajo colectivo que tuvo dos pilares: Cavenaghi y el Maestrico. Sus combinaciones fueron la llave para abrir el partido. A los 6, el venezolano conectó de volea un centro del punta y la mandó por arriba del travesaño. Volvieron a juntarse a los 10 y el final fue distinto. El Torito hizo un lateral para González, que aguantó la marca y devolvió con clase. Cavenaghi le dio al arco, Chiarini tapó y Trezeguet no perdonó en el rebote. El desahogo hizo temblar el estadio.

Los problemas de la Gloria se ampliaron a los 20, cuando Maglio (de flojo arbitraje) le mostró la roja directa a Damiani (la falta nunca se vio). Una decisión distinta a la tomada en el primer tiempo, cuando el árbitro le perdonó la vida a Ponzio. A la hora de rearmarse, Franco sacó a Dybala (una de las desilusiones de la noche) y se la jugó con López Macri. La algarabía le duró demasiado a River, que bajó la intensidad y perdió la pelota. Maidana, con un despeje de cabeza providencial, impidió el gol de Gagliardi luego de un córner que él mismo había cedido por error.

River recuperó algo de tranquilidad en los últimos 10 minutos, cuando a Instituto se le acabaron las energías y los argumentos para soñar. El Maestrico levantó a la tribuna con clase de quite y distribución, mientras que Cavenaghi se ganó una ovación merecida cuando salió por Funes Mori. A su vez, el sudor de Ponzio ya había inundado el césped del Monumental. La imagen final del anfitrión, con presión en la salida rival, fue una foto de la autoridad con la que River terminó el partido. Luego de tantas críticas merecidas, los de Almeyda le obsequiaron un regalo a todos sus hinchas y dieron un gran paso hacia Primera.


Domingo, 22 de abril de 2012