Vestido de civil y utilizando su pistola reglamentaria quiso robar dinero en el comercio atendido por una mujer a la que amenazó. El efectivo es oriundo de Capital y estaba con parte médico por una supuesta enfermedad. Lo descubrieron sus propios compañeros.
Un efectivo de la Policía de Corrientes fue detenido a las pocas horas de haber cometido un asalto a punta de pistola en una librería. Se trata de un oficial subayudante, de 28 años, oriundo de la Capital provincial.
De acuerdo a la investigación, utilizando su arma de fuego reglamentaria, vestido de civil y con anteojos negros, el efectivo, identificado con el apellido Moro, ingresó al comercio situado en calle Juan Domingo Perón, en un barrio algo alejado del centro. Allí amenazó a una mujer, apuntándole a la cara.
La víctima del atraco evidenció una crisis emocional, comenzó a gritar y corrió, haciendo que el plan de robo del policía se viera frustrado.
El delincuente escapó a toda prisa hacia el centro de la ciudad. En el trayecto lo vieron varias personas que caminaban en la vía pública.
Camaradas del “poliladrón”, precisamente de la Dirección de Investigaciones de la Unidad Regional II y de la comisaría Tercera donde la damnificada realizó la denuncia, lograron rápidos avances para identificar al asaltante.
Con una orden judicial de allanamiento los encargados de la pesquisa llegaron hasta el domicilio habitado por el oficial en aquella localidad, distante a 210 kilómetros de capital.
Al momento del procedimiento el oficial estaba vestido con el uniforme de trabajo a pesar de que supuestamente debía guardar reposo porque aducía una enfermedad. Incluso había presentado ante sus jefes un certificado médico para no asistir por varios días a su puesto de trabajo en la comisaría Primera de Goya, destino al que lo enviaron el año pasado.
Moro viajaba desde Corrientes dos o tres veces por semana para cumplir sus funciones “como servidor público” y eran muy pocas las veces que decidía quedarse en sus días de franco.
Cuando fue detenido, en su poder secuestraron la pistola calibre 9 milímetros que habría utilizado en el fallido atraco. También las prendas de vestir que la comerciante describió como las que tenía colocadas el hombre que la asaltó.
Además, al momento de escapar el oficial no tuvo en cuenta que en el escenario del delito se le cayó una multa de tránsito a nombre de su suegra, evidencia fundamental para incriminarlo.
La causa fue caratulada como “supuesta tentativa de robo calificado”, figura agravada por la condición del autor. Y comenzó otra investigación paralela a fin de intentar determinar si el policía tendría vinculación a otros ilícitos.
Trascendió que las máximas autoridades del área de seguridad están decididas a exonerar al funcionario, mientras destacaron que el caso haya sido resuelto por miembros de la propia fuerza.
Martes, 10 de abril de 2012