"Godzilla y Kong: el nuevo imperio" ya está disponible en todos los cines de Argentina y, pese a su guión endeble, es un lujo visual. Conocé lo bueno y lo malo.
A pesar de que mi género predilecto sin dudas es el romance y no soy fanática de ver a dos mutantes peleando entre sí, "Godzilla y Kong: el nuevo imperio" supo sorprenderme con creces. Las primeras películas de ambos, por separado y juntos, me parecieron tan escuetas de fuerza que nunca logré entender cómo podían ser las más vistas a los momentos de sus lanzamientos. Sin embargo, con esta nueva entrega que ya está disponible en todos los cines de Argentina, no sólo entendí la historia y el desarrollo de cada protagonista, sino que además me vi sorprendida por unas escenas de acción atrapantes y creíbles.
"Godzilla y Kong: el nuevo imperio" en esta ocasión se enfoca en la separación de los mutantes. Ilene Andrews, la experta en Kong pero también madre adoptiva de Jia, la última sobreviviente de la tribu que vivía en la Isla Calavera, se enfrenta ahora a nuevos desafíos. En especial con la presencia de esta niña de 12 años, quien debe lidiar con costumbres muy distintas sin lograr integrarse en la escuela, aunque con un trasfondo mucho más interesante: es clave para el desarrollo de esta historia.
En parte se basa en cómo tanto ellas dos junto con Trapper y Bernie se embarcan en una misión en principio suicida, la cual los lleva a través de portales a una dimensión desconocida de la Tierra. Así es cómo entran en contacto con nuevos tiempos, civilizaciones y criaturas desconocidas. Esto, claro, con la presencia de Godzilla y Kong más marcada que nunca, siendo amigos, siendo enemigos y hasta encontrando nuevos contrincantes en esta película que, definitivamente es para ver en cines.
Una trama vaga, sin mucha diferencia a lo que estos dos monstruos nos tiene acostumbrados, pero que está enfocada desde otra óptica. Por más de que no fue de mi agrado y sentí, por detrás, una combinación poco significativa entre Transformers y Jurassic Park, el inmenso protagonismo que se le dio a las dos bestias y a cómo cada una se desarrolló en su propio territorio es atrapante e incluso encantador. En especial porque a diferencia de otras cintas, los humanos quedan descartados a ser los secundarios, a excepción claro de Jia, perfectamente interpretada por Kaylee Hottle, quien sabe oficiar de una coestrella fantástica.
Sin embargo, más allá de los tecnicismos que fallaron en el guion con poca fuerza, la película es tan entretenida como eficaz aunque también gracias a su increíble y necesitada puesta en escena. Visualmente esta cinta es una obra magistral de cine aunque me veo en la obligación de remarcar que Adam Wingard no busca con este film revolucionar la ciencia ficción al mejor estilo Christopher Nolan ni tampoco igualar el magnetismo visual de Denis Villeneuve en "Dune". Al contrario, Wingard explota la originalidad por sí sola en un metraje que solamente necesita eso: ser atractivo en su puesta en escena.
Sin abusar del CGI, ni tampoco del impacto que estos efectos podrían generar, se logró todo lo que se esperaba. La radiación de Godzilla, la desesperación de Kong, la aparición de monstruos nuevos, unos paisajes descomunales, pero por sobre todas las cosas, las emociones de cada titán. Los protagonistas enfrentan, en esta parte de la historia, distintos momentos emotivos, de peleas, de tristeza y hasta de emoción, en especial Kong en medio de su soledad y el hecho de que en sus expresiones, sus movimientos y su forma de actuar todo esto haya quedado en evidencia, sin dudas demuestra el nivel de producción detrás de este metraje.
Es decir, en palabras simples, "Godzilla y Kong: el nuevo imperio" cumple con lo esperado, pero supera con creces a todas las producciones anteriores convirtiéndose en la mejor de esta saga. Definiré esto en dos partes: cumple con lo esperado justamente porque es una película típica de ciencia ficción, pero con tan elevada producción que supera cualquier tipo de expectativa. Porque, más allá de mi disconformidad con el libro, definitivamente desde que empezó la película hasta que terminó, los nervios y la adrenalina de las escenas de acción de un verdadero espectáculo cinematográfico, no pudieron faltar para mí.
Más allá de los juicios, no entra en discusión que "Godzilla y Kong: el nuevo imperio" está a la altura del cine de calidad reivindicando lo que venía siendo una saga sin mucho esfuerzo. Un metraje perfecto para disfrutar en una sala como IMAX o Monster.
Jueves, 28 de marzo de 2024